Jue 27.05.2010

ECONOMíA  › RODRíGUEZ ZAPATERO INFORMó QUE SE CREARá UN IMPUESTO A LOS RICOS

Maquillaje al ajuste español

El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero anunció un tributo sobre los segmentos de altos ingresos para amortiguar las fuertes críticas al plan de ajuste que recae sobre los sectores vulnerables. Además, buscan un blindaje patrimonial de la banca.

El gobierno español respondió ante la presión pública anunciando la creación de un impuesto sobre los segmentos de ingresos más altos. Busca limitar el descontento que generó el plan de ajuste fiscal, que prevé el recorte de salarios a empleados públicos y de algunas jubilaciones, además de la intención de elevar la edad mínima de retiro, entre otras medidas regresivas. Al parecer, el nuevo tributo “no afectará al 99,9 por ciento de los ciudadanos”, explicó el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero. Según la OCDE, la economía española caerá un 0,2 por ciento en 2010 –segundo año consecutivo de recesión– para repuntar recién en 2011. Por su parte, la autoridad monetaria española busca incrementar la regulación a los bancos, lo que reduciría sus ganancias en un 10 por ciento. En los mercados, el euro volvió a perforar su piso histórico.

Con un déficit fiscal del 11,2 por ciento del PIB en 2009, España se embarcó en un ambicioso plan de ajuste, con el objetivo de bajar ese ratio hasta el 3 por ciento en 2013, con un recorte de 50 mil millones de euros. La intención inmediata de la administración socialista es reducir gastos por 5 mil millones de euros en 2010 y otros 10 mil en 2011. El caso ibérico no escapa a la tendencia de la Unión Europea de impulsar la recuperación económica mediante un ajuste recesivo, con mayor impacto sobre los trabajadores.

En este sentido, Rodríguez Zapatero anunció la reducción de un 5 por ciento en el sueldo de cerca de 2,6 millones de empleados públicos para este año y la eliminación del subsidio “ayuda bebé” a partir de 2011. También subirá el IVA del 16 al 18 por ciento. Además, se rebajarán los salarios de funcionarios del gobierno en un 15 por ciento. Por otro lado, la inversión pública en infraestructura caerá en 6045 millones de euros.

La recepción de la noticia del ajuste de parte de los cuatro millones de desempleados, un 20 por ciento de la población activa, y para los trabajadores en general fue (lógicamente) mala. Los sindicatos mayoritarios convocaron diversas huelgas y movilizaciones masivas y el reclamo llegó hasta la Justicia, ya que los gremios que representan a los empleados públicos buscarán impugnar la medida.

En este contexto, Zapatero apuró el anuncio de la creación del impuesto a los ricos. Se trata de un tributo sobre personas que posean un patrimonio superior al millón de euros, aunque todavía no hay detalles sobre cómo se instrumentará. Se especula que la imposición puede recaer sobre la riqueza –propiedades, depósitos–, pero también barajan gravar el ingreso. El presidente español indicó que “el tributo se dirigirá a los que realmente tienen y no a la clase media” y que “no afectará al 99,9 por ciento de los ciudadanos”. Se anunciaría en unas semanas, para aplicarse antes de fin de año.

Según el último informe de la OCDE, los países desarrollados crecerán 2,7 por ciento este año y 2,8 en 2011. En la castigada Eurozona, las cifras se reducen a 1,2 y 1,8, respectivamente. Para España este año la caída sería de un 0,2 por ciento y el avance para 2011 de un módico 0,9 por ciento, lo que manifiesta la debilidad ibérica. Además, el desempleo bajaría del 19,1 actual a 18,3 por ciento.

Por su parte, el Banco de España está buscando reducir a un año el período máximo para que las entidades se cubran totalmente del riesgo de crédito. Actualmente, el plazo previsto es de 24 a 72 meses desde la calificación como dudoso. Además, quiere modificar el tratamiento contable de las adquisiciones inmobiliarias que hacen los bancos para “cobrar” a sus morosos, reduciendo el valor de la propiedad en el momento de la adquisición. Según la estimación oficial, las medidas podrían reducir la ganancia bancaria en un 10 por ciento.

En los mercados se registró una mejora en las plazas europeas. Lisboa, Dublín, Atenas y Madrid –plazas donde la fragilidad financiera es mayor– obtuvieron ganancias. Paradójicamente, la intención de China de reducir su exposición en papeles europeos y provocar una depreciación mayor del euro generó un efecto negativo en Wall Street, donde el Dow Jones bajó 0,7 por ciento. En tanto, la moneda comunitaria volvió a caer frente al dólar y se ubicó en 1,21.

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