ECONOMíA › ANALISIS CONTRARIO A LA FLOTACION LIBRE DEL PESO

Flotar sí, pero entre bandas

En su último informe de coyuntura, la consultora Ecolatina considera desaconsejable para la realidad argentina actual permitir una libre flotación del tipo de cambio. Propone en su reemplazo que, al menos inicialmente, se recurra a una flotación, pero entre bandas y con una fuerte intervención del Banco Central que apuntale la moneda local. Esto permitirá establecer en el mediano plazo un esquema de “metas de inflación” a la manera de los existentes en países como Brasil y Chile.
El abandono de la convertibilidad y su reemplazo por un sistema que permite al Banco Central emitir sin respaldo exige encontrar mecanismos de control a la emisión monetaria, y en consecuencia, de inflación. Si la política elegida es dejar flotar el tipo de cambio en el corto plazo, se presentan dos opciones para anclar el nivel de precios y amortiguar la depreciación del peso. La primera es controlar la emisión sobre la base de alcanzar una determinado objetivo de inflación. La segunda, determinar las metas de inflación (inflation targeting) sobre la base de 3 premisas: Establecer una meta cuantitativa explícita, subordinar la política fiscal a la monetaria (a la inversa de emitir para cubrir déficit) y que exista un Banco Central completamente independiente en el uso de los instrumentos monetarios.
Ecolatina considera que este último esquema, a diferencia de la convertibilidad, permite que la política monetaria responda a los shocks externos. La experiencia de los países que lo han utilizado muestra que, en la mayoría de los casos, han tenido éxito en el cumplimiento de las metas inflacionarias que se propusieron. En particular, menores costos en términos de volatilidad del producto y del empleo. Los ejemplos más cercanos son los de Chile y Brasil.
Sin embargo, este esquema podría presentar algunas dificultades para ser aplicado en Argentina. Las causas son las siguientes: La caída de la actividad prevista para el 2002 hace prever un déficit fiscal considerable cuya monetización será inevitable. El segundo obstáculo lo presenta el deterioro del sistema financiero, con el corte del crédito voluntario y de la cadena de pagos, que limitará la eficiencia de la política monetaria. La tercer causa es el alto grado de dolarización de activos y pasivos, lo que en el marco de un tipo de cambio fluctuante, demanda una solución en su tratamiento.
Aun así, el informe de Ecolatina considera que “no es absurdo pensar en la posibilidad de establecer metas inflacionarias de mediano y largo plazo y la conducción de una política económica (fiscal y monetaria), acorde con esas metas”. Países como Chile, que establecieron gradualmente el sistema, comenzaron la transición con desequilibrios macroeconómicos. Incluso Brasil no pudo fijarse metas inflacionarias al comienzo de la flotación debido a las expectativas de inflación post devaluación. Por ello, Ecolatina concluye que “las experiencias latinoamericanas demuestran que, al menos en una primera etapa, un esquema de bandas cambiarias con fuertes intervenciones del Banco Central, se acerca más a la realidad argentina que la libre flotación” sin bandas y con intervenciones menos frecuentes.

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