ECONOMíA › LA CONSTRUCCION DE SOLUCIONES HABITACIONALES CRECIO DE MANERA EXPONENCIAL EN SIETE AÑOS
Desde 2003 hubo un aumento sistemático de edificación y mejoramiento de casas en todo el país. Con las obras en ejecución para 2011, serán 787 mil en ocho años, contra 629 mil de los gobiernos de Alfonsín, Menem y De la Rúa. Elogios de la ONU por la urbanización de villas.
› Por Roberto Navarro
Entre 2003 y 2010 la administración kirchnerista construyó 302 mil viviendas y hay 123 mil en ejecución, que se terminarán en 2011. También amplió y mejoró 251 mil viviendas y el año próximo finalizará la mejora de otras 124 mil. En total, el Plan Federal de Viviendas, implementado por José López desde la Secretaría de Obras Públicas, dependiente del Ministerio de Planificación, brindará en ocho años 787 mil soluciones habitacionales en los 24 distritos del país, que beneficiarán a 3,9 millones de personas. Durante los seis años de gestión de Raúl Alfonsín se ejecutaron 165 mil soluciones habitacionales; Carlos Menem, en diez años, realizó 390 mil y Fernando de la Rúa, en dos años, 74 mil. Como el plan es federal el nivel de ejecución tiene una fuerte influencia de la eficacia de los gobiernos provinciales. La provincia que más viviendas terminó fue la de Buenos Aires: 56.800. En una de las provincias más pobres del país, el Chaco, se construyeron 14 mil y en Jujuy, 12 mil. El distrito que menos construyó fue la Ciudad de Buenos Aires, con 4220 viviendas. De esa cantidad, Mauricio Macri sólo ejecutó 892. Un dato que ayuda a comprender por qué la toma de tierras para reclamar viviendas comenzó y se da con mayor fuerza en el distrito porteño.
En 2003 el Estado nacional dispuso 67 millones de pesos de fondos específicos para vivienda, que se sumaron a los 548 millones del Fonavi; en el 2010 los fondos para programas federales superaron los 5000 millones de pesos, que se sumaron a los 1500 millones del Fonavi, que se transfirieron directamente a las jurisdicciones provinciales. Así, en siete años, el total del presupuesto aumentó más de un 1000 por ciento. Desde 1976 hasta 2003 el promedio de soluciones habitacionales fue de 22 mil anuales. En 2004 comenzó a subir y desde 2007 supera los 100 mil por año.
Además de dar respuesta al problema de casi cuatro millones de argentinos, la construcción de viviendas por parte del Estado genera empleo y dinamiza la economía. En promedio, entre construcción y ampliaciones y mejoras, se generan cinco puestos de trabajo por unidad. Es decir que en siete años se generaron 400 mil empleos. Desde 2003 el Indicador Sintético de la Construcción, elaborado por la cámara del sector, creció un 182 por ciento. La venta de cemento portland subió un 151 por ciento.
Los datos de construcción de viviendas por provincia muestran una desvinculación entre la cantidad realizada y el poder económico de los distritos. Tampoco hay relación con el color partidario. En la provincia de Buenos Aires, donde habita el 40 por ciento de la población nacional, se terminaron 56.800 viviendas y hay otras 49 mil en avanzada ejecución; la segunda provincia en ejecución fue Misiones, una provincia pobre, gobernada por el radical Maurice Closs, con 18.239 viviendas. Le siguió Santa Fe, gobernada por el socialismo, con 17.768. Estos registros demuestran la falacia de las afirmaciones de Mauricio Macri cuando asegura que no pudo construir más viviendas porque el gobierno nacional apoya sólo a las provincias que adhieren al kirchnerismo. También resaltan provincias como Formosa, que terminó 10.668 viviendas, y Tucumán, con 10.056 ejecuciones.
Al finalizar la gestión Jorge Telerman, en el año 2007, el gobierno nacional había otorgado al Instituto de la Vivienda de la Ciudad el Apto Técnico para que la Ciudad de Buenos Aires licitara un total de 7000 viviendas. La ciudad debía comprometerse a invertir un 50 por ciento de los fondos que invirtiera la Nación. Un arreglo similar al que se realiza con todas las provincias, con diferentes porcentajes según los precios de los terrenos. La gestión de Mauricio Macri decidió no realizar dichas licitaciones que ya habían sido acordadas entre Nación-Ciudad, trabando la posibilidad de implementar los Programas Federales dentro de la Ciudad de Buenos Aires. Así, terminó ejecutando apenas 892 viviendas. El presupuesto destinado a ese rubro representaba el 4,3 por ciento del total del presupuesto de la ciudad en 2006; en 2010 es sólo el 2,3 por ciento. Por otra parte, la administración macrista casi duplicó los empleados del Instituto de la Vivienda de la ciudad. Así, el 70 por ciento del gasto se va en salarios. Por último, en 2010 sólo ejecutó el 21 por ciento del total presupuestado. Esto explica por qué construyó tan poco en tres años.
El presupuesto del Plan Federal de Viviendas subió todos los años desde 2003. En ese año fue de 699 millones de pesos; en 2005 ya había saltado a 3075 millones de pesos; en 2008 fue de 4931 millones y en 2010, de 6990 millones. La Secretaría de Obras Públicas le entrega a cada distrito 140 mil pesos por unidad. Los gobiernos provinciales aportan la diferencia, que varía fundamentalmente por el valor de los terrenos.
Los planes de vivienda que comenzaron en 2003 se fueron articulando de acuerdo a las prioridades y al aumento del presupuesto que derivó del incremento de la recaudación impositiva. Comenzó con el Programa Federal de Solidaridad Habitacional: en una primera etapa construyó 20.000 viviendas en el NEA-NOA y en una segunda etapa edificó viviendas para atender demandas específicas: rurales, para comunidades aborígenes, para atender catástrofes naturales y otras. Luego, el Programa Federal de Emergencia Habitacional, que construyó viviendas a través de cooperativas de trabajo, tendiendo al doble objetivo de mejorar el hábitat social de barrios humildes y crear trabajo, ya que el 50 por ciento de los miembros de la cooperativa eran beneficiarios del Plan Jefas y Jefes de Hogar. Más tarde vinieron el Programa Federal de Construcción de Viviendas, de 120.000 unidades, el Programa Federal de Mejoras de Viviendas Mejor Vivir, con 140.000 mejoramientos y por último el Programa Plurianual de Construcción de Viviendas: 300.000 unidades por etapas.
Dentro de las operatorias de vivienda se desarrollan planes de Urbanización de Villas y Asentamientos Precarios en todo el país, en el que se destacan las acciones de urbanización de las villas y asentamientos ubicados en la Cuenca Matanza-Riachuelo, con un plan de obras en marcha para 17.771 familias. Estas obras trabajan sobre una población con alto riesgo ambiental y sanitario. La demostración de que la urbanización de villas es posible se confirma en el partido de Avellaneda, localidad en la que en 2003 existían 9 villas con más de 22 mil habitantes. En la actualidad queda sólo una con 2400 personas, que serán trasladas a un nuevo barrio que se terminará de construir en 2011.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció el éxito en la implementación de los programas federales argentinos en el informe bianual “Estado de las ciudades del mundo 2010-2011”, en el que se señala que “Argentina, Colombia y la República Dominicana son los países con mayor éxito de la región en urbanización de villas, ya que han sido capaces de reducir su proporción de habitantes de asentamientos en más de un tercio en los últimos años gracias a una mejoría en las viviendas y a un mejor acceso al abastecimiento de agua y los servicios de saneamiento”.
En 1980 existían 8,2 millones de viviendas para 25 millones de habitantes. En el censo recién realizado se registraron 14,4 millones de viviendas para 40 millones de personas. La relación se mantiene igual. El déficit estimado es de 1,8 millón de viviendas. Pero de ese total, el 80 por ciento se refiere a necesidades de ampliaciones y mejoras. En muchos casos se trata de familias que viven hacinadas en una habitación. Por eso el trabajo de la Secretaría de Obras Públicas en ese tipo de soluciones habitacionales. El déficit puro de viviendas, según el último censo del Indec, es de 360 mil, una cantidad similar a la que construyó el Gobierno en los últimos siete años. El problema es que la distribución geográfica no es equilibrada. Por eso la importancia de un plan específico de parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
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