ECONOMíA › CON POCA PRESENCIA DE LIDERES MUNDIALES TERMINO EL FORO DE DAVOS
La vedette fue el ex “monstruo” Lula
Hasta hace poco Lula era “un izquierdista”. Ahora es un líder que los cautiva. Ese fue uno de los saldos de un “pobre” Foro de Davos.
El fantasma de la guerra contra Irak sobrevoló la reunión número 33 del Foro Económico Mundial que finalizó ayer en Davos. Además de los vientos bélicos, el encuentro se caracterizó por la casi completa ausencia de representantes de los gobiernos europeos y por el espacio ocupado por los líderes latinoamericanos. Las predicciones sobre los potenciales efectos económicos de una guerra y las críticas al proteccionismo de los países centrales ocuparon el centro de la escena. El estancamiento simultáneo de las tres principales economías del mundo, Estados Unidos, Europa y Japón, continuó siendo, por segundo año consecutivo, la nota discordante que afectó el festejo acrítico de las recetas neoliberales.
Resultó sorprendente que las personalidades que acapararon la mayor atención hayan sido los representantes de realidades tan disímiles. Por un lado, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, quien confirmó la decisión de su país de atacar a Irak con prescindencia del consenso europeo, y por otro, la del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien reclamó contra los subsidios y propuso la creación de un foro mundial contra el hambre.
El discurso prepotente, en términos de la diplomacia internacional, de Powell amenazando con que Estados Unidos atacará a Irak con prescindencia del apoyo de sus socios europeos dio pábulo a todo tipo de especulaciones acerca de lo que, sobre el particular, realmente importaba en el Foro: las consecuencias económicas de la guerra. Desde la perspectiva de un “hombre de negocios independiente”, el financista húngaro-estadounidense George Soros afirmó que “el principal beneficio de una guerra sería la mayor estabilidad del mercado de petróleo al poner a disposición del mercado internacional la producción de Irak”. Con sincera crudeza Soros expresó el pensamiento de los sectores dominantes de Estados Unidos, quienes ven en la guerra no la punición del belicista pro Al Qaeda Saddam Hussein, sino la lisa y llana apropiación de las reservas iraquíes. Claro que esta geopolítica de la energía delineada por Washington descuenta una guerra rápida y un posterior gobierno títere.
En su discurso de cierre a la reunión, el creador y presidente del Foro, Klaus Schwab, se mostró “decepcionado” por la escasa asistencia de los líderes europeos. Aunque la ausencia europea fue verdadera, la interpretación de Schwab resultó insólita. Según el economista, los estadounidenses, conscientes de que el resto del mundo critica por unilateral su actual política exterior, “vinieron desde la otra mitad del mundo para escuchar lo que otros tenían para decir, mientras los europeos no estuvieron dispuestos a viajar ni una hora”, se quejó. “Europa parece estar demasiado preocupada consigo misma”, concluyó. No hace falta insistir en que las palabras de Powell estuvieron lejos de la actitud conciliadora que Schwab otorgó a la primera economía del mundo y más aún del lema del Foro: “Crear Confianza”.
En tanto, podría creerse que los prolongados aplausos que recibió Lula fueron un reflejo de las contradicciones que la recesión genera en el interior del poder económico mundial. Una interpretación más escéptica sostiene que las cosas no cambian tan rápido. El tratamiento dispensado a Lula se habría debido, ante todo, a la importancia estratégica de Brasil y a la necesidad de que su gobierno se mantenga dentro del redil.
En la década del ‘90, el aplaudido discurso de Lula a favor de la lucha contra el hambre y el proteccionismo hubiese sido poco menos que abucheado. Por entonces, sin notas discordantes, sólo se escuchaban loas a los programas de estabilización modelo FMI. Ahora, el director ejecutivo del Foro, José María Figueres, aseguró que Lula “dejó un mensaje muy potente” y es probable que los países ricos se vean obligados a reconsiderar la legitimidad de su doble discurso en materia de políticas comerciales.
Hasta la dama de hierro del Fondo, Anne Krueger, aportó lo suyo al sostener que “el gobierno brasileño lo hizo muy bien hasta ahora. Maneja muy bien las expectativas y tiene un acercamiento responsable de losproblemas”. Al parecer, el “izquierdista” (calificación preelectoral unánime de las agencias internacionales de noticias) Lula da Silva consiguió muchos nuevos amigos.