ECONOMíA
Ibarra aseguró que el Banco Ciudad no se abrirá al capital privado
El jefe de Gobierno porteño rechazó el compromiso con el FMI para reformar la banca pública. Junto a Roberto Feletti, titular del Banco Ciudad, sostuvo que la entidad no otorgó créditos políticos. Reunión con Felipe Solá para reforzar el frente de oposición.
Por David Cufré
La presión del FMI por una reforma de la banca pública, asumida en parte por el Gobierno en el acuerdo que suscribió con el organismo, mereció un contundente rechazo político desde distintos sectores. En primera fila se ubicaron el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, y el presidente del Banco Ciudad, Roberto Feletti, quienes denunciaron el intento del Fondo de operar para que la banca extranjera conquiste espacios de mercado en desmedro de la banca oficial. El gobernador bonaerense, Felipe Solá, le dio menos trascendencia al tema, pero subrayó que descarta cualquier proyecto de privatización del Banco Provincia. “No sé de dónde sacaron la idea de que capitalizar un banco es igual a privatizarlo”, protestó Eduardo Duhalde, que buscó ponerse a resguardo de la lluvia de críticas por los compromisos que asumió con el FMI.
El punto 29 del entendimiento con el organismo de crédito estipula que durante febrero se convocará a una licitación internacional para designar a un estudio contable y a un consultor de gestión como asesores del Gobierno en la reforma de la banca pública. Su tarea será aportar ideas “sobre medidas para controlar costos, mejorar la gestión de riesgo y preparar planes de negocios factibles”. Una vez seleccionados los asesores, éstos tendrán tres meses para exponer sus ideas y conclusiones.
La propuesta de Roberto Lavagna es abrir el capital de los bancos al sector privado, mediante la emisión pública de acciones. Uno de sus argumentos es que al cotizar en Bolsa, los bancos públicos deberán transparentar sus balances y aportar mayor información sobre su cartera crediticia. La visibilidad, asegura el ministro, reducirá los riesgos de asignación de préstamos políticos. El 28 de agosto pasado, Lavagna envió una carta a Ibarra con esa sugerencia. Mencionaba la posibilidad de capitalizar la entidad, entregando el 10 por ciento del paquete accionario al sector privado. La colocación de acciones se haría de manera atomizada. La misma nota fue dirigida a Solá y al presidente del Banco Nación, Horacio Pericoli.
Los tres coincidieron en su respuesta negativa. Ibarra lo recordó ayer, en un encuentro con Página/12, Clarín y La Nación. El jefe de Gobierno estuvo acompañado por Feletti, en un fuerte posicionamiento en contra de la propuesta oficial y del FMI. “Quiero ratificar la decisión política de que vamos a mantener el 100 por ciento del Banco Ciudad en poder del sector público”, enfatizó Ibarra. La lectura de los funcionarios fue que el Fondo pretende asegurar una porción creciente del mercado a la banca extranjera y “consolidar niveles de rentabilidad que existían durante la década del ‘90”. En ese sentido, Feletti manifestó que no es casual que se ponga en el centro del debate el rol de la banca pública cuando ésta ha recuperado espacios luego de la debacle del sistema financiero que diseñó el menemismo.
“Nos parece que abrir una discusión sobre la banca pública en este momento es inoportuno, cuando hay otros problemas pendientes de resolución en el sistema financiero”, indicó el titular del Ciudad. En cuanto a la advertencia de Lavagna sobre la concesión de créditos políticos, Ibarra sostuvo que “el Banco Ciudad es un ejemplo de entidad oficial que no fue sometida a los vaivenes políticos del gobierno de turno, como sí ocurrió con muchos bancos provinciales”.
Ibarra tiene pensado reunirse con Solá para reforzar el frente de oposición a los intentos del FMI de transitar el camino hacia la privatización de la banca pública. Lavagna remarca que esa no es su intención, pero los funcionarios de la Ciudad sostienen que “no estamos dispuestos a comenzar a recorrer un camino cuyo destino final no nos convence”. Finalmente, Ibarra insistió en que “el Ciudad es un banco que está líquido, que atravesó la peor crisis financiera de Argentina manteniendo la confianza de la sociedad y que es competitivo en un distrito donde están las sedes de los principales bancos”. Y en la mismalínea, Feletti concluyó que “el banco está sometido a la supervisión del Banco Central, ha presentado sus balances en fecha y ha aceptado la calificación internacional obteniendo una doble A”.