Lunes, 14 de marzo de 2011 | Hoy
ECONOMíA › LA BOLSA DE TOKIO CAYO MAS DE 5 PUNTOS EN LA APERTURA DE HOY
El gobierno de Naoto Kan adelantó que hará todo lo posible para evitar que el temblor derive en un colapso financiero. El Banco Central inyectó 15 billones de yenes (unos 185.000 millones de dólares) para neutralizar una posible corrida bancaria.
Por Fernando Krakowiak
El gobierno japonés se preparaba anoche para tratar de evitar que el brutal terremoto que arrasó el noreste de la isla derive en un colapso financiero. El Banco Central informó que inyectó 15 billones de yenes en el sistema (unos 185.000 millones de dólares) para que los bancos puedan responder con abundante liquidez frente a un eventual retiro masivo de depósitos. Constituye la mayor intervención de la historia de ese país. Además, el primer ministro Naoto Kan adelantó que emprenderán una “lucha categórica contra los movimientos especulativos”. Pese a ello, en la apertura de la Bolsa de Tokio (al cierre de esta edición) el Nikkei cayó 5 puntos, anticipando el comienzo de un lunes negro.
Más allá del pánico inicial que se pueda reflejar en la Bolsa, la mayoría de los analistas coinciden en que es difícil que la situación financiera se descontrole. El Banco Central japonés tiene espaldas anchas y además Estados Unidos dio señales de estar dispuesto a acudir al rescate de su aliado asiático en caso de que los inversores institucionales amenacen con torcerle el brazo. No obstante, los costos que deberá afrontar Japón para recuperarse son enormes y se presentan en un momento de debilidad extrema debido a su alto nivel de endeudamiento y su bajo nivel de crecimiento.
En enero, la agencia de calificación Standard & Poor’s rebajó la calificación de la deuda nipona de AA a AA-, pues el montó llegó a duplicar su producto bruto, lo cual es mucho decir. De hecho, el pasivo japonés equivale a 15 deudas como la que tiene España. Hasta el momento, el gobierno de Naoto Kan no había evidenciado dificultades para financiar su déficit fiscal (cercano al 10 por ciento del PIB), lo que despejaba la posibilidad de una crisis de la deuda en el corto plazo. Sin embargo, la baja en la nota encareció el financiamiento que ahora será aún más necesario para emprender la reconstrucción y poder salir a flote de la mano de un incremento de la inversión pública.
La combinación entre el terremoto y el tsunami posterior que arrasó ciudades enteras como Sendai produjo daños que todavía son imposibles de precisar. Air Worldwide y Eqecat, dos de las compañías que elaboran informes para calcular los riesgos ante catástrofes para aseguradoras, corredores de Bolsa y mercados financieros estimaron que podría haber daños por 100.000 millones de dólares, pero el cálculo es sumamente provisorio y, obviamente, no contabiliza los daños adicionales que están provocando las réplicas del temblor (anoche hubo otro sismo de 6,2 grados que generó una nueva alerta de tsunami).
A los daños materiales, habrá que sumarle el freno en la economía interna que están produciendo esos destrozos. Anoche amplias zonas del nordeste permanecían sin energía eléctrica ni comunicaciones y en algunos distritos con la población evacuada completamente por el riesgo de un accidente nuclear, lo que llevó a muchas multinacionales líderes del sector automotriz a descartar la apertura de las fábricas que tienen instaladas en el noreste. Los casos más resonantes son los de Toyota, Suzuki y Nissan por el impacto que tendrá su freno en la actividad. No hay que olvidar que cerca del 20 por ciento de las exportaciones niponas son generadas por el sector automotor. La industria electrónica es otro talón de aquiles en este momento debido al cierre obligado de fábricas. Las acciones de Sony, por ejemplo, cayeron 12 por ciento anoche apenas abrió el Nikkei.
El tercer punto débil lo conforman las compañías de seguros, que fueron sacudidas de lleno por el temblor. En este caso, las consecuencias repercutirán fuerte en el mercado financiero global porque en última instancia el riesgo recae sobre las reaseguradoras líderes como la alemana Munich Re y la suiza Swiss Re. Estas dos firmas tienen como uno de sus principales accionistas al estadounidense Warren Buffett, quien la semana pasada figuró tercero en el ranking de millonarios globales con una fortuna estimada en 50.000 millones de dólares, que el tsunami puede afectar como a esas casitas que por televisión parecían de papel. Buffett compró a comienzos de 2010 acciones de Munich Re y en octubre aumentó de 8 a 10 por ciento su participación en la reaseguradora alemana que ahora está siendo jaqueada por la catástrofe.
El impacto a nivel global no sólo llegará de la mano de las reaseguradoras. Japón es la tercera economía del mundo y cualquier crisis que deba afrontar repercutirá inevitablemente a nivel global, justo cuando las principales potencias están luchando, a duras penas, para dejar atrás la recesión que comenzó a fines de 2008.
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