Cristina Fernández de Kirchner y su par brasileña, Dilma Rousseff, se reunirán en la Cumbre del Mercosur que comienza mañana en Paraguay. Va a ser la primera vez que ambas mandatarias se encuentren cara a cara luego del conflicto comercial que surgió a comienzos de mayo, cuando Brasil decidió aplicarle licencias no automáticas a los autos provenientes de la Argentina, demorando su ingreso. La bilateral será el miércoles y el objetivo principal es reafirmar el vínculo entre ambos países luego de las versiones que hablan de una relación más fría con el gobierno de Dilma, en comparación con el vínculo que existía con Lula da Silva.

El diferendo comercial surgido por el freno a los autos argentinos quedó resuelto el pasado 2 de junio, cuando la ministra de Industria, Débora Giorgi, y el responsable de la cartera de Desarrollo e Industria de Brasil, Fernando Pimentel, destrabaron el intercambio de vehículos y establecieron que las controversias en los distintos sectores se diriman a través de acuerdos entre privados con el apoyo oficial. En lo que refiere específicamente al comercio automotor, quedó consolidado el nuevo esquema de intercambio con licencias no automáticas de importación, que establecen que el gobierno brasileño tiene hasta 60 días para permitir cada operación. No obstante, se acordó que la entrega de licencias demorará 10 días como máximo, plazo que conformó a las automotrices y sobre el cual hasta el momento no ha habido quejas.

En aquel momento, Cristina Fernández y Dilma no intervinieron públicamente, pero las directivas a sus funcionarios fueron claras: poner los puntos en común por encima de las diferencias y evitar así que las rispideces puntuales desgastaran la relación. Por ese motivo, cada parte cedió un poco en sus pretensiones para resolver las cuestiones más urgentes y el resto de los temas que se habían puesto en la mesa de negociación se sumaron a la agenda de las próximas reuniones de cuadros técnicos. Lo que se espera para el miércoles es la foto de las presidentas para reafirmar esa voluntad de mayor integración.

A nivel de ministros, la cumbre tendrá como una de las novedades el encuentro de los responsables de las carteras de Industria. Hasta el momento, los ministros de Economía y los cancilleres tenían un ámbito en las cumbres para discutir la coordinación macroeconómica entre los socios, donde asistirán Amado Boudou y Héctor Timerman, y ahora se sumará la reunión entre los funcionarios responsables de la política industrial. Esta fue una iniciativa argentina, pues uno de los caballitos de batalla que llevará el país a la cumbre es la necesidad de avanzar con la integración productiva, impulsando una mayor especialización y complementación entre los socios del bloque. El gobierno considera que es la mejor alternativa para buscarle solución a los recurrentes conflictos que surgen como consecuencia de la creciente integración regional, e incluso para incrementar las ventas hacia países externos al bloque. El punto forma parte del programa de consolidación de la Unión Aduanera, aprobado en el encuentro que los presidentes tuvieron en Foz de Iguazú en diciembre.

Durante la cumbre, también se buscará profundizar la coordinación macro a través de la creación de un grupo de trabajo permanente abocado a cuestiones fiscales, monetarias, financieras y de balanza de pagos, tal como adelantó a Página/12 Luis María Kreckler, secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería y coordinador nacional del Grupo Mercado Común. Este grupo permitirá contar con estadísticas armonizadas entre los socios, las cuales hasta ahora existían, pero estaban fuera de las mesas de negociaciones. Se creará además un grupo de trabajo para resolver las asimetrías existentes, tratando de darle un nuevo impulso a esta cuestión que fue planteada ya en varias cumbres por los socios más chicos, pero sobre la cual no se logró avanzar lo suficiente. Otros temas a debatir son los incentivos que cada país otorga para atraer inversiones. La intención argentina es definir con claridad que se considera un incentivo, aunque Brasil suele esquivar ese debate. También se revisará el protocolo de contrataciones públicas del Mercosur, se analizará el estado de avance de la negociación comercial del bloque con la Unión Europea y se buscará avanzar en vínculos similares con Canadá.

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