Mar 23.08.2011

ECONOMíA  › LOS MINISTROS DE FRANCIA Y ALEMANIA SE REúNEN PARA AVANZAR CON LOS PLANES DE SARKOZY Y MERKEL

Por un gobierno a gusto de los mercados

Los dos países más fuertes de Europa impulsan la creación de un gobierno económico regional, con capacidad para presionar por más ajuste de gastos. También discutirán
un eventual impuesto a las transacciones financieras. Las Bolsas ayer cerraron en alza.

Los inversores aguardan con cautela el encuentro de hoy. Los ministros de Finanzas de Francia y Alemania se reunirán en París para dar forma al paquete de propuestas lanzadas por el presidente galo, Nicolas Sarkozy, y la canciller germana, Angela Merkel, para reforzar las economías más castigadas por la crisis de la Zona Euro. Dentro del programa se destaca la creación de una “tasa Tobin” a las transacciones financieras, cuya implementación requiere de la aprobación del resto de los miembros de la región. Una primera evaluación de ese tema tendrá lugar a principios del mes próximo. La iniciativa también contempla nuevos recortes en el gasto y la creación de un gobierno económico para la Eurozona. Los negocios ayer discurrieron con un clima de mayor distensión. En el Viejo Continente la mayoría de la Bolsas finalizaron en alza, con excepción de Francfort, donde su principal índice arrojó su quinta baja consecutiva.

La propuesta de Merkel y Sarkozy no trajo la tan ansiada calma para los mercados. Los inversores, que por estos días aprovechan las turbulencias financieras para sacar ventaja, respondieron la semana pasada con una nueva ola de ventas ante el anuncio. Los “hombres de negocios” pretendían que se comunicara una megaemisión de eurobonos, con los cuales la región conseguiría fondos frescos para las economías en problemas. En cambio, el dúo Merkel-Sarkozy informó un primer acuerdo para avanzar en una política fiscal y económica todavía más rigurosa. El paquete de propuestas se conoció en momentos en que las cifras de actividad de las principales economías de la región, Alemania y Francia, daban claros signos de desaceleración. La respuesta fue más ortodoxia.

A pesar del predominio político y económico de estos países por sobre el resto, que les permitió poner bajo cuerda a esas economías e imponer sus recetas, ambos mandatarios consideran que es necesario crear un tipo de gobierno más estricto. De hecho, ya existe una subordinación implícita dado que los diecisiete países de la región cedieron su soberanía monetaria al Banco Central Europeo (BCE). Precisamente, esta situación les impide a los países más complicados, como Grecia, Italia y Portugal, llevar a cabo políticas monetarias y cambiarias que los saquen del borde del precipicio en el que se encuentran. El BCE tampoco tuvo la capacidad de establecer un fondo anticrisis que sirva de sustento a las alicaídas economías.

Ahora Merkel y Sarkozy pretenden que la “regla de oro” –equilibrio presupuestario– sea explícita, para poder disciplinar a los países que tengan déficit superiores a un 3 por ciento del Producto Bruto Interno o el peso de su deuda rebase el techo del 60 por ciento. La iniciativa busca que las reformas se consagren en las legislaciones nacionales de los diecisiete al más alto nivel, es decir, que se inscriba en sus respectivas constituciones. A las 10 de la mañana (hora local) se encontrarán el ministro francés de Finanzas, François Baroin, y su par alemán, Wolfgang Schäuble, para poner en marcha las decisiones acordadas. El debate tiene contenido tanto técnico como político, dado que el freno al endeudamiento tendrá fuertes resistencias en varios países. Algo de eso comenzó ya a verse en Portugal, España y Grecia. Además, los ajustes han demostrado ser procíclicos. Para llevar a adelante nuevos recortes, la propuesta franco-alemana requiere que se cree un “gobierno de la Zona Euro”.

Otro punto que será analizado es la posible implementación de una tasa a las transacciones minoristas de la banca regional. La medida cuenta con el visto bueno de las autoridades del BCE, que reconocieron la necesidad de discutir la cuestión en la próxima cumbre del G-20, en noviembre. El plan dividió las posturas de los países de la Unión Europea. La iniciativa ya fue formulada en otras oportunidades y, como entonces, es considerada de difícil concreción en el corto plazo. De todos modos, la sola mención bastó para que se registrara una fuerte corrida en contra de los bancos de la región, amenazados además por el relevamiento que realiza por estos días la Reserva Federal, con el objetivo de anticipar riesgos de contagio interno. Las Bolsas europeas cerraron ayer con alzas superiores al uno por ciento, salvo la plaza alemana, que cedió 0,1. En Wall Street, el Dow Jones tuvo un magro repunte de 0,3 por ciento.

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