ECONOMíA
Otro record para el olvido de la economía que supimos conseguir
El PBI se derrumbó 10,9 por ciento el año pasado, la mayor caída de la historia argentina. Sin embargo, en el Indec dicen que la economía “técnicamente” ya salió de la recesión.
Otro record que nadie envidiará. Durante el 2002, el año siguiente a la devaluación, el producto bruto interno se derrumbó 10,9 por ciento, la peor caída de la historia económica argentina; o, al menos, desde que se comenzó a realizar la medición del PBI en el año 1900. Sin embargo, pese a la debacle del nivel de actividad durante el año pasado, en el Indec son optimistas y aseguran que “técnicamente” la economía ya salió de la recesión.
El Indec difundió ayer los datos trimestrales del PBI, que hasta ahora sólo se conocían de manera extraoficial. Pocas economías en el mundo pueden mostrar en sus registros históricos cifras tan impactantes como las publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos, por más que no sorprendan ya a nadie que resida en la Argentina.
El PBI se desplomó durante el año pasado casi un 11 por ciento, una contracción aún mayor que la ocurrida durante la crisis de los años ‘30, o durante cualquiera de los años ‘80, conocidos como la “década perdida”.
Para tener una idea de la destrucción de riqueza ocurrida en el país, en las economías desarrolladas una variación negativa del producto de menos de 1 punto porcentual a lo largo de un año es considerada una catástrofe, mientras que para encontrar caídas superiores a los 5 puntos hay que remontarse a los años inmediatamente posteriores al crac del ‘29.
El Director Nacional de Cuentas Nacionales, Fernando Cerro, reconoció que 2002 fue “el peor año calendario de la historia argentina”. Y señaló que “esta contracción sólo es comparable con una caída del orden del 10 por ciento que se detectó en 1914”. No obstante, detalló que si se pretende determinar el período con “caída más profunda” hay que tomar del cuarto trimestre del 2001 al tercer trimestre de 2002.
Sin embargo, los técnicos del Indec consideran que la sombra del año pasado no se proyectará al presente. Según los datos oficiales, en el cuarto trimestre de 2002 el PBI creció 0,8 por ciento respecto al período precedente, y cayó 3,6 por ciento respecto de igual lapso de 2001 cuando arreciaba la fuga de depósitos y el estallido de la convertibilidad era inminente. Para el subdirector de Cuentas Nacionales del Indec, Federico Dorin, “con el resultado del cuarto trimestre se verifican tres subas consecutivas del PBI (en relación al trimestre anterior), con lo cual se puede decir que la Argentina salió técnicamente de la recesión porque así se reconoce internacionalmente”, explicó el funcionario. Cerro fue aún más categórico: “la economía puede considerarse que está en franca recuperación, sólo falta saber si perdurará”, afirmó.
La serie estadística trimestral respecto al trimestre anterior durante 2002 fue la siguiente: I trimestre, -6,2 por ciento; II trimestre, + 0,8 por ciento; III trimestre, +0,6 por ciento y IV trimestre, + 0,8 por ciento. Pero está claro que la tenue recuperación se produjo desde niveles bajísimos de producción, porque a fines del año pasado todavía se seguía produciendo menos que en los meses críticos del 2001. La serie interanual del 2002 (es decir, comparado con igual trimestre del año anterior) fue la siguiente: I trimestre, -16,3 por ciento; II trimestre, -13,5 por ciento; III trimestre, -9,8 por ciento; y IV trimestre, -3,6 por ciento.
Así las cosas, Cerro explicó que “suponiendo que la actividad del cuarto trimestre se refleje en el primer trimestre de 2003, el PBI tendría un piso de crecimiento durante este año de entre 2 y 2,5 por ciento”. Y agregó que una variación de este nivel estaría en línea con la proyección anual de crecimiento del 4,2 por ciento, difundida por Roberto Lavagna el lunes pasado desde Nueva York.
La caída del 2002 fue consecuencia de un ajuste del 36 por ciento en la inversión bruta, mientras que el consumo privado se redujo 14,4 por ciento, y el gasto público un 5,1 por ciento. Las importaciones de bienes y servicios, en tanto, se derrumbaron 49,7 por ciento, aunque las exportaciones crecieron un pálido 3,2 por ciento.