Los controladores del espacio aéreo deberán rendir cuentas en caso de que retrasen la partida de alguna aeronave. La medida apunta a evitar la práctica de dilatar sucesivas salidas de aviones con el objetivo de generar demoras y hasta cancelaciones en los vuelos, una práctica que el Gobierno denuncia como “boicots encubiertos”. “En el caso de que un controlador de tránsito aéreo deba aplicar el control de afluencia, al finalizar sus tareas deberá expresar por escrito las razones que motivaron la decisión”, señala el documento interno que les fue enviado a los denominados “torreros” por parte de las autoridades de la ANAC y la Fuerza Aérea.

A partir de un conflicto desatado con estos controladores, que derivó en cancelación de vuelos internacionales, el Gobierno dispuso transferir las funciones de éstos a la órbita de la Fuerza Aérea. La iniciativa buscó dar respuesta a los supuestos boicots que los torreros llevaban a cabo y que complicaban el normal funcionamiento de Aerolíneas Argentinas. A pesar del cambio, las dilaciones en la aprobación de salidas continuó. Este fin de semana los torreros fueron advertidos de que “la aplicación injustificada de control de afluencia podrá dar lugar a la separación provisoria del personal involucrado”, señala el texto enviado por las autoridades oficiales. Desde el gremio de pilotos que conduce Jorge Pérez Tamayo criticaron la medida, porque consideran que “les pone demasiada presión a los torreros”, lo que irá en desmedro en la calidad de los controles. “Ahora, además de atender la seguridad de las operaciones, tiene que pensar que lo pueden echar si no es capaz de justificar que haya separado las partidas más de lo previsto”, argumentaron.