ECONOMíA
El dólar repuntó tras un amague
El mercado se anticipó a la intención del Banco Central de intervenir en defensa de la divisa. No hay presión por el corralón.
La expectativa de los financistas de que el Banco Central desplegará una ofensiva para sostener al dólar en torno a 3 pesos hizo que el tipo de cambio subiera 4 centavos en un solo día y finalizara cerca de ese nivel: 2,96 pesos para la venta en las casas de cambio. La suba se dio a pesar de la importante liquidación de divisas por parte de los exportadores y de que la gran mayoría de la gente que desprograma sus ahorros del corralón -en tres días fueron 794 millones de pesos– los deja en los bancos. Esta vez, con la bendición del Fondo Monetario, pareciera que el mercado le cree a Alfonso Prat Gay de que podrá defender una paridad más alta.
Si bien no trascendieron los detalles, lo cierto es que la dupla Lavagna-Prat Gay logró el visto bueno del FMI para intervenir en el mercado comprando divisas en caso de que persista la tendencia bajista del dólar. Esta posibilidad no se hizo evidente ayer: el Central adquirió apenas 2 millones de dólares.
Para cumplir con el último acuerdo monetario firmado con Washington, el Central debería aplicar una medida sumamente contractiva para la economía: absorber unos 1600 millones de pesos en los próximos dos meses y medio. Como esa obligación fue tomada en base a una estimación inflacionaria del 22 por ciento anual, Prat Gay viajó a la capital estadounidense para renegociar aquella meta monetaria y evitar la absorción de pesos. El mes que viene, ya con la misión del Fondo en Buenos Aires, se firmará la nueva meta. Pero aun cuando se desconozcan las próximas pautas, los financistas ya saben que la autoridad monetaria tendrá las manos más libres para defender un determinado tipo de cambio. La suba del dólar de ayer fue un claro reflejo ante el nuevo escenario.
Una alta fuente del Central confirmó anoche a Página/12 que el objetivo es que el piso del dólar sea 3 pesos. Y si bien la meta sería elevarlo a un rango de 3,10 a 3,20 pesos –escalón en el cual no se esperaran subas de precios–, la fuente destacó que “vamos a manejarnos con un tipo de cambio estable, evitando la volatilidad, de manera de otorgar más certidumbre a los agentes económicos”. A pesar de la señal contundente del Central, las compañías exportadoras liquidaron ayer 60 millones de dólares, el doble que el último viernes. Si bien lo más lógico hubiese sido que retuviesen las divisas a la espera del ajuste en el tipo de cambio, el apuro se debió a que esta semana tiene dos feriados.
La idea del Banco Central es sostener al dólar hasta que aparezca una demanda genuina que haga el trabajo por la autoridad monetaria. Ese incremento de la demanda debería llegar de la mano de la reactivación económica. Hasta ahora, todas las medidas de flexibilización a los controles cambiarios lanzados por Prat Gay resultaron insuficientes para generar demanda e impulsar el precio de la moneda estadounidense.
Una muestra del escaso atractivo del dólar es el comportamiento de los ahorristas que salen del corralón. Según los datos oficiales del BCRA, en los primeros tres días se desprogramaron 794 millones de pesos. En el mismo período, los plazos fijos crecieron 811 millones. Todavía quedan Cedros por 15.533 millones de pesos. Es decir, el público prefiere claramente dejar el dinero en los bancos aprovechando las altas tasas de interés que están ofreciendo las entidades financieras para retener los fondos. Para los depósitos más chicos, las tasas rondan entre 20 y 24 por ciento anual. Para los mayores a un millón de pesos sube hasta 30 por ciento anual, según confirmaron a este diario desde distintos bancos.
En la city creen que el Central podría sostener la paridad por un período corto, pero que la tendencia sigue siendo bajista. No obstante, el panorama recién se aclarará una vez que pasen las elecciones y la nueva administración defina su estrategia. Hasta entonces, Prat Gay apostará a mantener al dólar a raya. En Economía están satisfechos: un dólar alto asegura jugosos ingresos por el lado de las retenciones aplicadas a los exportadores.