Las importaciones provenientes de Brasil se retrajeron en junio un 30,7 por ciento, al ubicarse en 1311 millones de dólares, mientras que las exportaciones a ese mercado disminuyeron en 26,3 por ciento, al sumar 1049 millones, según datos suministrados por el Ministerio de Desarrollo del país vecino. El resultado de estos movimientos arroja un saldo comercial todavía negativo para la Argentina de 262 millones de dólares. Por su parte, la Asociación de Exportadores del Uruguay informó que los envíos a la Argentina disminuyeron en junio 9,5 por ciento y acumula en el año una retracción de 10,5 por ciento.

Según los datos del ministerio brasileño, la caída en las importaciones en ese período estuvo explicada por menores compras de vehículos de carga, combustibles, laminados planos, tractores, motores para automóviles, automóviles de pasajeros y partes y mineral de hierro. En tanto, la Argentina le vendió a Brasil menos automóviles de pasajeros, naftas, trigo en grano, peras frescas, leche y crema de leche, harina de trigo, medicamentos, neumáticos y autopartes.

El impacto de la retracción en el comercio mundial empieza a afectar de forma severa al intercambio entre Argentina y su principal socio comercial. El freno en el consumo de Brasil, más las medidas de protección de la industria nacional implementadas por Argentina, comenzaron a hacerse sentir en las estadísticas, sin que los dos socios principales del Mercosur hayan logrado una coordinación de políticas que preserve a ambos países a la vez de la grave situación generada en los países centrales.