La presidenta Cristina Fernández de Kirchner reivindicó ayer los acuerdos de precios que impulsó el Gobierno con las principales cadenas de supermercados y solicitó un esfuerzo a los principales actores sociales para preservar las mejoras conseguidas en los últimos años, aunque no adelantó si se extenderán esos acuerdos. “Las épocas de crisis globales exigen por parte de todos nosotros, empresarios, dirigentes sindicales y trabajadores, un inmenso esfuerzo, un ejercicio de inteligencia para preservar esta Argentina que hemos logrado”, enfatizó la jefa del Estado. Además, dejó entrever que el Gobierno está dispuesto a abrir las importaciones en aquellos sectores donde las empresas se aprovechen de su posición monopólica para perjudicar a los consumidores. Durante su discurso, adelantó también que la economía creció 3,2 por ciento en enero. En su primera aparición pública, luego de participar en el Vaticano del inicio del pontificado del papa Francisco, la jefa del Estado comenzó anunciando la ampliación del Plan Pro.Cre.Ar (ver aparte) e hizo una evaluación de cómo evolucionaron los indicadores de pobreza, indigencia y desigualdad en los últimos años. “Mejoró la muy buena performance que teníamos en la distribución del ingreso per cápita familiar y se recuperaron los índices vigentes en 1974”, sostuvo. Luego agregó que el crecimiento de la actividad económica en el primer trimestre del año ascendió a 3,2 por ciento, luego de ubicarse en 1,9 en el último trimestre de 2012. Asimismo, explicó que la pobreza en hogares se ubicó en cuatro por ciento durante el segundo semestre de 2012, mientras que la indigencia alcanzó 1,5 por ciento.

Ante un auditorio integrado por funcionarios nacionales, gobernadores e intendentes, la mandataria destacó el acuerdo de precios con los supermercados. Dijo que una importante cadena de supermercados, a la cual no identificó, logró incrementar su rentabilidad aun con precios congelados, al disminuir sus gastos de publicidad y aumentar las ventas. “Tenemos que entender de una buena vez por todas que la rentabilidad se da por volumen y no por bajar la producción y aumentar precios para apropiarse de ella”, logrando aplausos de la concurrencia.

Cristina Kirchner reafirmó “este inmenso esfuerzo que hacemos con la obra pública y para sostener la demanda agregada” e insistió en que “lo más importante hoy para un dirigente sindical es garantizarle al trabajador que va a seguir teniendo trabajo en forma legal”. Asimismo, llamó a “hacer un gran esfuerzo, porque además de sostener la demanda agregada hemos tenido una política de cuidar mucho la producción nacional y fundamentalmente la industrialización del país”. “Hay pueblos enteros que han vuelto a tener trabajo y mucho más que antes de la crisis”, puntualizó, y sostuvo que “tampoco es justo que alguien utilice ese cuidado para vender al consumidor argentino a un precio que no corresponde”, sus productos. “A mí me gustaría mucho que todos puedan entender que tenemos que hacer un esfuerzo compartido”, reiteró la jefa de Estado, y se preguntó: “¿Por qué no empezamos a compartir entre todos los esfuerzos?”.

La novedad fue el anuncio sobre la posibilidad de que la Secretaría de Comercio sea más “flexible” en cuanto a normas para importar algunos productos en sectores en los que se detecten prácticas “monopólicas”. Adelantó que la medida “la vamos a debatir y estudiar”, pero al mismo tiempo advirtió a los importadores que “no se refrieguen las manos, porque vamos a hacer un sistema para que ellos no se queden con la diferencia”. “Si es necesario tomar medidas y hacer una apertura de determinados productos, porque quienes los venden hacen ejercicio monopólico, veremos si no hacemos más flexible la importación”, aseguró.

Antes de esa mención, había hecho referencia a las dos empresas lácteas que concentran el 80 por ciento del mercado en el Area Metropolitana de Buenos Aires, en obvia alusión a La Serenísima y SanCor. “Esas dos empresas, cuando Néstor Kirchner llegó al gobierno, estaban a punto de quebrar. Una estaba a punto de vender (La Serenísima). El lo convenció (a Mastellone) de no vender ayudándolo para que solucionara los problemas que tenía con los bancos. A la otra empresa (SanCor) la ayudó el presidente Chávez. Mirá cómo son las cosas, ya ninguno de los dos está”, afirmó.

Cristina Kirchner también expresó que en los últimos quince días vivió “muchas emociones y sufrimientos”. Al respecto mencionó su viaje a Venezuela para despedir al fallecido presidente Hugo Chávez y el encuentro en el Vaticano con el papa Francisco. Al final de su discurso mencionó la rosa blanca, imagen de Santa Teresita, que le regaló el Papa en esa reunión. “Saben qué voy a hacer con la rosa que tanto me encomendó el Papa que la cuidara, la voy a poner en un cuadrito y la voy a llevar a la parroquia de El Calafate, donde está la patrona del pueblo”, Santa Teresita del Niño Jesús. Por último, Cristina dijo: “Vamos a hacer las cosas de manera tal que podamos seguir creciendo. Si todos son inteligentes van a entender y, si no entienden, vamos a hacer todo lo posible para que entiendan”.