ECONOMíA
› CUENTAS NACIONALES PASA DEL INDEC A ECONOMIA
Bruta interna con el Producto
Originalidad argentina: dependerá directamente de Economía la estimación del PBI, que es la variable que mide el éxito o el fracaso de la política económica. Otra fricción con el INdEC.
› Por Julio Nudler
Cuentas Nacionales, una dirección nacional cuya misión consiste en calcularlas, siendo la más señalada de esas cuentas el Producto Bruto Interno, dejaría próximamente de pertenecer al Instituto Nacional de Estadística y Censos para ser transferida al Ministerio de Economía, en la órbita de Oscar Tangelson, que ejerce la Secretaría de Programación Macroeconómica. La mudanza está causando alboroto porque implica que Economía controlará le medición de una variable crucial como el PBI, que es a la vez el indicador más relevante del éxito o el fracaso de la política económica. En base a las variaciones en el Producto es que se establece si la economía está en crecimiento, estancada o en recesión. Por ende, si el ministro es un héroe o un villano.
Los críticos de la absorción de Cuentas Nacionales por Economía señalan que ella contraría la tendencia internacional, que privilegia la cercanía con la información de base y sitúa el cálculo del Ingreso Nacional dentro de las funciones de los institutos de estadística, a los que además se considera no permeables a los intentos de manipulación. En el caso argentino, la reubicación tiene un condimento curioso porque ya hoy Cuentas Nacionales depende del área que conduce Tangelson, pero indirectamente, porque de esa secretaría depende el INdEC. Con lo que la migración de CN sólo modificaría la clase de dependencia que tiene respecto de Economía, volviéndola más estrecha.
Así visto, el cambio puede parecer trivial, pero según fuentes conocedoras del paño no lo es tanto. “Una cosa es tener a un secretario de Economía como jefe mediato, y otra tenerlo como jefe inmediato –explicó un vocero a Página/12–. Además, la difusión de los datos dejará de correr por cuenta directa del INdEC, según su calendario, y pasará por el filtro del ministerio.” En este sentido, se menciona que también el informe sobre pobreza deberá ser aprobado por Economía antes de ver la luz.
Históricamente, y como también sucedía en otros países, la estimación de las cuentas nacionales se realizaba en el Banco Central. Cuarenta años atrás, el desaparecido Consejo Nacional de Desarrollo ensayó un cálculo paralelo, llegando a cifras muy diferentes. El episodio fue conocido como “el milagro Fracchia”, por Alberto F., el célebre catedrático argentino en la materia, ya que el cálculo del Conade arrojó un PBI mucho mayor. El país había conseguido un salto de productividad por arte de sus estadígrafos.
En 1992, Domingo Cavallo, como parte del desmantelamiento del Banco Central, mudó el dibujo del Producto a su feudo, encargando de su control al programador Juan José Llach, bajo cuya égida terminó situándose todo el INdEC, desalojado así de Presidencia de la Nación. Dos años atrás, Cuentas Nacionales fue pasada a su vez al Instituto, aunque físicamente permaneció en la octava planta del Palacio de Hacienda. Ahora sería anulado ese pase de este grupo altamente técnico, que cuenta con un director nacional, un subdirector también nacional, tres directores rasos y medio centenar de contratados, cuyos contratos vencen cada seis meses, como ocurrirá dentro de nueve días.
Como son difíciles de remplazar, y como hay un generalizado reconocimiento de la calidad de su trabajo, confían en la renovación, pero nunca la tienen garantizada. En este sentido, no están ni mejor ni peor que la generalidad de los cuadros técnicos del Estado, mantenidos en una situación irregular. Quizá los alcance el embate del gobierno contra la marginalidad laboral, que abunda en las propias filas oficiales.