Las cuatro entidades patronales rurales identificadas como Mesa de Enlace lanzaron ayer un plan de difusión para denunciar “la distorsión de precios entre lo que reciben los productores y lo que se paga en góndolas”. La protesta consistió en montar stands en torno del Obelisco porteño, en los que se ofrecían frutas y hortalizas al precio que recibe el productor. Entre tomates que se ofrecían a 1,50 peso el kilo, peras, manzanas y bananas a 80 centavos y papas a 1,10, Eduardo Buzzi, titular de Federación Agraria, rechazaba que estén reclamando una brusca suba del tipo de cambio. “Nunca nos van a encontrar militando en las filas devaluacionistas”, aseguró el dirigente federado. La protesta, sin embargo, contó con el apoyo y la presencia del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. El titular del Banco Ciudad, Federico Sturzenegger, consideró que el valor de equilibrio del dólar debería ubicarse en un 40 por ciento por encima de su cotización actual.

“Estamos intentando hacer una puesta en escena de la dificultad de miles de productores del interior por la suba de los costos y pérdida de competitividad por tipo de cambio retrasado”, explicó Buzzi, que posteriormente descartó que tal planteo deba entenderse como un reclamo de devaluación. “Nunca nos van a encontrar militando en las filas devaluacionistas”, respondió. “Además, como medida mágica, por sí sola termina trayendo más argentinos a la pobreza”, agregó, reclamando en cambio “revisar retenciones (a las exportaciones), costos”.

Buzzi criticó la eficacia de los mecanismos de compensaciones a los productores. “Las compensaciones siempre fueron discrecionales, por ahí, reintegros a los productores por las retenciones podría ser un mecanismo”, más eficaz, sugirió.

Unos veinte productores habían instalado sus puestos de venta, en una especie de feria callejera, sobre la Plaza de la República, en la intersección de las avenidas Corrientes y 9 de Julio, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, exhibiendo productos a precios que oscilaban entre el 10 y el 25 por ciento del valor de venta en verdulerías y supermercados de esta misma ciudad. “A vos, ¿cuánto te cuesta?”, desafiaba la consigna con la que se invitaba a los transeúntes a comparar el precio de los productos ofrecidos con el que usualmente abonan.

Un folleto repartido en el lugar daba cuenta de los valores que reciben los productores por los distintos productos: por kilo de carne, 16,33 pesos; cebolla 1,25 peso; arroz 1,28; papa 85 centavos; lechuga 75 centavos; pimiento 3,75 pesos; tomate 1,50; pan 1,92; azúcar 2 pesos; leche 1,96 por litro; naranja 72 centavos por kilo; algodón 2,67 y uva 2,30. Buzzi responsabilizó de la brecha entre el precio que le queda al productor y lo que paga el consumidor a “lo que queda en el componente impositivo y en la intermediación, que gana fortunas con el amparo del Gobierno”. Los dirigentes agropecuarios no identifican a la aludida intermediación: mucho menos a los monopolios existentes en el eslabón de procesamiento industrial de algunos de esos productos (leche, como ejemplo) o a las grandes cadenas de la comercialización, que controlan una parte significativa de las bocas de venta.

“Estamos perjudicados el productor y consumidor, que no somos responsables de la inflación”, sostuvo Buzzi y reclamó que el Gobierno reciba a la Mesa de Enlace, en la que admitió que existen “diferencias” pero tiene “puntos de acuerdo para actuar juntos”. Lo que no queda claro es si algunos de sus integrantes apoyaría una más activa intervención del Gobierno y sanciones en caso de abusos, para combatir la inflación en productos esenciales para la alimentación.