ECONOMíA › ENTREVISTA A ROBERTO BRUNELLO, DE LA FEDERACIóN EMPRESARIA HOTELERA
El titular de la cámara del sector subrayó “la voluntad política del Gobierno para proteger al sector de la crisis internacional”. El ministro de Turismo pronosticó que el número de turistas de este fin de semana cuadruplicará el de años anteriores.
Las expectativas del sector empresario respecto del movimiento turístico para este fin de semana largo son positivas. El ministro del área, Enrique Meyer, les puso cifras a esas expectativas. “Esperamos que se movilicen 1.261.000 turistas en todo el país, cuadruplicando el movimiento del feriado del 20 de junio de los últimos años, cuando se registró un promedio de 350.000 turistas.” Las expresiones del ministro de Turismo fueron corroboradas por el titular de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la Argentina (Fehgra), Roberto Brunello, quien subrayó que “existe una fuerte voluntad política del Gobierno para proteger al sector de los efectos de la crisis internacional”. En una entrevista con Página/12, el dirigente empresario destacó la apuesta de las políticas públicas a reforzar el consumo interno en turismo y gastronomía, como el reciente acuerdo alcanzado para extender a esos rubros los gastos financiados con la tarjeta Argenta para jubilados. “La articulación entre sector público y privado es central”, señaló.
–El 2013 cuenta con 19 feriados, mientras que en 2007 eran 11. ¿Cómo impacta este nuevo calendario en su actividad?
–La ley de ordenamiento de feriados, un anuncio del Gobierno de hace tres años, permitió reorganizar los días no laborables con efectos positivos en al menos dos sentidos. El primero fue equilibrar el gasto en turismo a lo largo del año, reduciendo la brecha entre la temporada alta y baja. Ahora esos ingresos se reparten de forma más equilibrada entre las regiones del país. Un ejemplo es el de las termas de Río Hondo, que cerraban durante todo el verano. Esta temporada los hoteles estuvieron abiertos incluso en enero. Eso era impensado por el calor de Santiago del Estero. Con más flujo de visitantes, los empresarios hoteleros gastronómicos adaptaron la plaza para el verano. El punto es que a la mayoría de las filiales les va muy bien con los feriados largos.
–¿Qué otro efecto positivo tuvo?
–El segundo impacto fue compensar el retroceso del ingreso de turistas internacionales en los últimos meses. Esa merma se debe a un recrudecimiento de la crisis en el mundo. La promoción del turismo interno ha sido fundamental para moderar esa situación. Hoy lo que sostiene la actividad es el consumo local.
–¿En qué rubros impactó con más fuerza esa falta de extranjeros?
–En la gastronomía. Desde finales de 2012 cerraron restaurantes debido al flojo desempeño del turismo internacional. El mundo gastronómico es muy sensible a los cambios de actividad. La curva de los negocios de ese rubro crece o desacelera más de lo que lo hace el gasto. Esto lo sufre mucho la ciudad de Buenos Aires, porque es la puerta de entrada para los que vienen del resto del mundo.
–Al margen de la coyuntura, ¿de dónde llegan esos turistas?
–El turismo regional es intenso. Llega mucha gente de Brasil, México, Uruguay, Paraguay, Chile, Bolivia. Pero también se apuesta a países lejanos. Por caso, es importante la búsqueda de turismo de Turquía o los Emiratos Arabes. Esa es una excelente iniciativa del Ministerio de Turismo con una mirada a largo plazo. El visitante extranjero es fundamental porque aporta las divisas, deja los dólares en el país.
–¿Qué aportaron las políticas públicas de los últimos años?
–Hubo medidas que han beneficiado de lleno nuestra actividad. Una fue la Ley de Turismo, que incluye muchos de los puntos que venía pidiendo el sector. También la creación de un Ministerio de Turismo. La articulación entre el sector público y privado es central. La prueba más reciente es el convenio firmado por el Ministerio de Turismo, Anses y Fehgra, acordando abrir un nuevo rubro de la tarjeta Argenta para estimular con crédito el gasto de los jubilados en hotelería y restaurantes. Es una clara muestra de que existe voluntad política para garantizar el dinamismo del sector frente a la crisis externa. Otro ejemplo fue la creación de Inprotur, para promocionar a la Argentina en el mundo. Es imposible desconocer el trabajo que se viene haciendo en el exterior para fomentar el ingreso de nuevos turistas.
–¿Qué pasa con los argentinos que vacacionan afuera?
–A nosotros nos gustaría que se queden en el país.
–¿Argentina está cara respecto de otros países?
–Hablar de barato y caro en nuestra actividad me parece que no tiene sentido. Lo bueno de esto es que existe una amplia oferta para elegir. El que habla de caro tiene alternativas económicas, mientras que el que elige la gama Premium no se está fijando en el precio. Es sencillo. Lo que pasa es que algunos dicen que prefieren ir a las cataratas del Niágara (Estados Unidos) en lugar de ir a las de Iguazú por un tema de costos relativos. Lo que no cuentan es que en el Niágara paran en un hotel de una estrella y después terminan diciendo que es más barato. O que se sientan a comer una hamburguesa en la vereda y dicen que allá se come económico. Acá también se puede hacer.
–¿Cómo son las perspectivas del sector para los próximos años?
–La expectativa siempre es buena. El sector sufrió crisis económicas, ceniza volcánica, gripe A. Muchas cosas, pero sigue adelante. Los hoteles mantienen la mano de obra. La gastronomía, lo mismo. Eso es fruto del empresariado que se antepone a cualquier vicisitud externa o interna que pueda afectar los negocios. También es un resultado de las políticas públicas. Después de 2001, cuando se pensaba que la recuperación iba a ser lenta, el negocio sorprendió con un rápido crecimiento.
–¿Qué explicó esa expansión acelerada?
–El elemento central fue la recomposición de la demanda interna, gracias a las decisiones de un Estado que apostó al incremento del empleo y el salario. Eso puede verse con el proceso inversor de los últimos años, con la construcción de hoteles y la llegada de capitales del extranjero. Por caso, hubo una fuerte edificación de infraestructura en distintas zonas de Mendoza, Salta, Misiones, también en destinos patagónicos. Cada vez existen más polos turísticos. Antes Salta era la estrella del norte. Ahora los turistas de todo el mundo están enamorados de Jujuy.
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