ECONOMíA › EL ACUERDO SEGúN EL INDEC
La titular del Indec, Ana María Edwin, aseguró que la información recabada por los encuestadores del organismo muestra que los acuerdos de precios que desde febrero negocian el Gobierno y los supermercados se han respetado. La funcionaria negó que la economía nacional muestre un proceso inflacionario y en cambio advirtió, en una interpretación que está en línea con el análisis público de otros funcionarios, que “algunos precios suben, pero otros bajan”. Además, ofreció las razones oficiales al recambio de autoridades que se produjo en el Indec en 2007, que profundizó la desconfianza sobre las estadísticas públicas, en particular sobre el Indice de Precios al Consumidor. Edwin también criticó la metodología que utiliza el IPC lanzado semanas atrás por el gobierno de Mauricio Macri.
Las autoridades del Indec, Edwin y Norberto Itzcovich, su director técnico, encabezaron el encuentro La década ganada en políticas públicas, que se llevó a cabo en el Salón Auditorio de la Secretaría de Comercio Interior. Contó con la presencia de la subsecretaria de Defensa del Consumidor, María Lucila “Pimpi” Colombo, y de varias legisladoras kirchneristas.
Edwin contó que el giro que el Indec dio en 2007 se disparó cuando el ex presidente Néstor Kirchner consideró que el organismo no medía correctamente el acuerdo de precios del pan, vigente desde el año anterior. También manifestó que la gestión anterior, encabezada por Graciela Bevacqua, filtraba datos sobre la evolución económica a consultoras y medios de comunicación. El Indec entonces, según Edwin, buscaba sobreestimar la inflación para así maximizar el pago de los bonos de la deuda externa ajustada por el CER. “Cada punto porcentual del IPC implicaba del Estado nacional 500 millones de dólares, es decir 1500 millones de pesos en ese momento. Bevacqua se equivocó en 0,50 punto porcentual y eso le costó al país 250 millones de dólares”, dijo.
“No llegamos para pinchar el IPC, sino para que refleje la metodología internacional y para que ningún dato se filtre”, agregó la funcionaria. La desconfianza sobre el IPC cruza distintos espacios políticos, sociales y de la economía. Su variación es mucho menor a cambios en otras variables nominales como los salarios, reajustes impositivos o la AUH.
Desde el Indec insisten en distinguir la inflación, que es el aumento generalizado de precios, del costo de vida, que consiste en el gasto que efectivamente hace cada familia, y el índice de precios, que “mide la evolución de precios de una canasta de bienes”. Edwin consideró que la situación de los precios en el país no es de inflación, sino que “algunos precios suben y otros bajan”. “En el caso de la carne, por ejemplo, no pueden decir que aumentó”, indicó. Criticó también al gobierno porteño por el índice de precios que lanzó semanas atrás, donde incluye en la canasta de bienes la cuota del gimnasio a 170 pesos y los libros de autoayuda. “El índice no es claro metodológicamente y su resultado sí mide bien a la Recoleta”, indicó.
En relación con el acuerdo de precios, en el Indec destacan que “diariamente 90 personas del organismo relevan los precios en distintas zonas de la Ciudad y el Gran Buenos Aires”, los cuales ratifican que “los acuerdos de precios se respetan”. El actual IPC-GBA será reemplazado antes de fin de año por el IPC a escala nacional, que el Indec prepara desde hace más de un año siguiendo la recomendación del FMI. El IPC-Nacional ofrecerá la medida oficial de la variación de precios y además se utilizará de insumo para calcular la dinámica en la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT), que definen la línea de indigencia y pobreza, respectivamente.
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