ECONOMíA › OPINIóN
› Por Julio De Vido *
En un artículo publicado ayer en este diario, titulado “Una trama con tensión nuclear”, se detallaban los proyectos para la cuarta y quinta central nuclear, que fueran largamente explicados en ocasión de la Conferencia Internacional Ministerial sobre Energía Nuclear Siglo XXI, organizada por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AEIA) en San Petersburgo. En la nota se consignan algunas imprecisiones en relación con un supuesto acuerdo con Canadá, que estaría demorando el proyecto, por lo que vale la pena realizar algunas consideraciones sobre el estado actual del desarrollo nuclear de nuestro país.
Argentina cuenta con soberanía tecnológica para el manejo de los recursos nucleares con usos pacíficos. En este marco, el país domina el conocimiento tecnológico necesario para la realización de una cuarta central nuclear de tubos de presión, uranio natural y agua pesada, similar a la Central Nuclear Embalse, en la provincia de Córdoba.
La cuarta central nuclear contempla la mayor intervención de la industria nacional, estimándose una participación del 65 por ciento en el desarrollo, construcción y montaje. Si bien se prevé la firma de contratos con empresas internacionales, no existe dependencia exclusiva con ningún proveedor extranjero para la ejecución del proyecto nacional.
Esta situación es posible ya que el país es propietario de la tecnología y domina todo el ciclo de combustible nuclear, se dispone del conocimiento, los recursos humanos y las capacidades tecnológicas. Asimismo, la reactivación del Plan Nuclear Argentino ha permitido la calificación y recuperación de proveedores locales, muchos de los cuales han participado en la finalización de Atucha II y actualmente trabajan en la Extensión de Vida de la Central Nuclear Embalse.
Por otra parte, se cuenta con la experiencia operativa de la Central Nuclear Embalse, de tecnología canadiense, que aporta energía desde 1984, ocupando un lugar de privilegio a nivel mundial por su destacada performance de excelencia.
A fines de 2009, el Congreso de la Nación aprobó la Ley 26.566, que imprimió un fuerte empuje al sector nuclear, al declarar de interés nacional todas las actividades relacionadas con el diseño, construcción y puesta en marcha de una cuarta central nuclear en el país y la extensión de vida de la Central Nuclear Embalse. La ley encomienda a Nucleoeléctrica Argentina la materialización de estos proyectos y le da participación activa e integral en todas las actividades.
En consecuencia, el gobierno nacional continúa profundizando la actividad nuclear, luego de la decisión estratégica del ex presidente Néstor Kirchner de reactivarla, en 2006, con la construcción de la cuarta y la quinta central nuclear, que permitirán que la energía nuclear represente un 18 por ciento del total del consumo del país, y junto con el reactor nacional Carem consolidarán este proceso virtuoso de desarrollo soberano y con fuerte participación de la industria nacional.
* Ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios.
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