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La incorporación de los beneficiarios del Plan Jefas y Jefes de Hogar a los puestos de trabajo que genere el programa de obras públicas que impulsará el Gobierno, junto al combate del trabajo en negro y las políticas de redistribución del ingreso, fueron los ejes de la reunión del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, con el bloque oficialista de diputados.
Después del encuentro con los legisladores, Tomada dijo a este diario que en el Gobierno existe una “fuerte voluntad política” para combatir el trabajo en negro. El ministro consideró que el progresivo blanqueo de los trabajadores constituye uno de los ejes de la política de redistribución del ingreso que impulsa el Gobierno, pues se trata del primer paso para que alrededor de siete millones de trabajadores puedan recibir los beneficios tanto del aumento del salario mínimo como de la progresiva incorporación de los 200 pesos de la “suma fija no remunerativa” al salario.
No obstante, Tomada explicó a Página/12 que en el combate contra la informalidad laboral deben distinguirse las tres razones que lo generan: la subsistencia, la desinformación y la maximización de ganancias. En el caso de las microempresas precarias, el ministro confió en que el blanqueo será un proceso de largo plazo que acompañará a la reactivación. La tarea del Poder Ejecutivo se centrará en las dos últimas razones. La tarea del ministerio será informar que tener en blanco a los empleados no es tan dificultoso y oneroso como parecen creer algunos empresarios pyme y, por otro, aumentar la inspecciones.
Por último, el ministro adelantó la creación de un programa de inclusión laboral de los beneficiarios del Plan Jefes, quienes recibirán capacitación para ser progresivamente incorporados a los puestos que genere el programa de obras públicas.