La estratégica paritaria metalúrgica tuvo ayer otro capítulo en el Ministerio de Trabajo y pasó a un cuarto intermedio hasta el viernes, mientras los negociadores mantienen todavía distancia en sus posiciones. El gremio ratificó su pedido de aumento por encima del 30 por ciento y las patronales hicieron la propio con su oferta del 24. De todos modos, además del número juegan las cuotas entre las que se distribuye la suba, la inclusión de sumas fijas y los incrementos no remunerativos. Varios son los condimentos que hacen compleja la discusión, como es el interés político en contener el número final de aumento por parte de la Casa Rosada, de estrecho vínculo con el jefe de la Unión Obrera Metalúrgica, Antonio Caló, y la gran heterogeneidad entre las empresas del sector, que engloba desde pymes hasta gigantes como Techint. Pero, además, hay un escenario de mayor tensión de precios en una economía que no tiene el dinamismo de años atrás, y la paritaria metalúrgica es pauta para las que siguen. Fuentes cercanas a la negociación indican que el cierre podría empezar a definirse entre la semana próxima y la otra.

La rama metalúrgica es de las más importantes en términos de representatividad del universo asalariado. Congrega a unos 250 mil trabajadores, en el top de los gremios junto a comercio y construcción. También es la primera de las negociaciones fuertes y Caló, titular del gremio, es además secretario general de la CGT alineada con el Gobierno. Por eso, el monto de cierre no es solamente importante para los metalúrgicos, sino que tiene un fuerte valor simbólico que nadie desconoce. La ronda de paritarias entra en calor en las próximas semanas, porque vencen los acuerdos salariales 2013 en sectores como la construcción, la actividad portuaria, la industria gráfica y papelera, la química, petroquímica y el sector cárnico, entre otros.

La reunión de ayer fue encabezada por la viceministra de Trabajo, Noemí Rial. Fue el tercer encuentro de la paritaria metalúrgica 2014. Por el lado sindical asistieron miembros del consejo directivo de la UOM, mientras que las empresas enviaron a negociadores a través de las cámaras: Adimra, Camima (pymes metalúrgicas), AFAC (autopartistas), Afarte (electrónicas), Caiama (industria del aluminio y metales afines) y Fedehogar, que representa a los fabricantes de artefactos para el hogar.

Las posturas en la negociación siguen distantes. La UOM pide un aumento salarial del 32 por ciento en dos cuotas (20 en abril y 10 por ciento acumulativo en junio), más dos pagos de suma fija de 1000 pesos cada una, o del 30 por ciento en un solo pago, reclamo que recordó ayer. Las empresas, en tanto, lideradas por Adimra, proponen un 24 por ciento en tres tramos (8 por ciento en abril, julio y octubre no acumulativos) y una suma fija de 1000 pesos. Advierten que si los salarios suben mucho, puede haber problemas con el empleo en el sector. El encuentro pasó a cuarto intermedio para el viernes a las 16 en la cartera laboral.

El Gobierno deslizó su voluntad de que el cierre no esté lejos del 25 por ciento, aunque es un número difícil de aceptar para el sindicato. Allegados a la negociación dicen que un 28 por ciento y un monto fijo es un cierre posible. Entre la semana que viene y la otra, la paritaria podría empezar a definirse. El año pasado el sector acordó una mejora del 24 por ciento en dos partes (17 por ciento en abril y 7 por ciento en julio), que elevó a 5 mil pesos el piso salarial. La suba promedio general del sector privado registrado según el Indec en 2013 fue del 25,7 por ciento.