Viernes, 18 de abril de 2014 | Hoy
ECONOMíA › OPINION
Por Pimpi Colombo *
“En las puertas del hogar termina la nación entera y comienzan otras leyes y otros derechos (...). La madre de familia está al margen de todas las previsiones. Es el único trabajador del mundo que no conoce salario, ni garantía de respeto, ni límites de jornadas, ni domingo, ni vacaciones (...)” (“El hogar o la fábrica”, de La razón de mi vida, Eva Perón).
La pintura que Eva hizo con la misma maestría con que creó el Partido Peronista Femenino refleja el menosprecio al trabajo doméstico de las mujeres. Esta ley y su reglamentación ponen fin a esa desvalorización. En esta década ganada para los derechos de las mujeres argentinas, la presidenta de la Nación ha culminado una tarea esencial al reglamentar la ley 26.844, estableciéndose las condiciones en las que se desempeñan las personas –mayormente mujeres– que trabajan en casas de familia.
La creación del Servicio de Conciliación Obligatoria para el Personal de Casas Particulares, la conformación de la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares, con su responsabilidad de establecer el régimen de jornada, las modalidades, las distintas prestaciones a cargo de los empleadores en cuanto a ropa, elementos de trabajo y alimentación, la protección de las jóvenes entre 16 y 18 años, la prohibición de que realicen su tarea en horario nocturno, el establecimiento de las responsabilidades de los empleadores para el efectivo cumplimiento de la obligatoriedad de la escuela secundaria y del pago a través de una cuenta sueldo para quienes trabajan de una jornada semanal superior a las 32 horas, son algunos de los hitos que esta nueva legislación nos está brindando.
La equiparación del trabajo en casas particulares –que involucra seguramente a más de 1.200.000 personas– con la Ley de Contrato de Trabajo, conquista de vanguardia de los trabajadores argentinos, es una reivindicación gremial y de género. Es otra histórica inclusión que las trabajadoras argentinas obtuvimos con Néstor y Cristina.
Junto a la Asignación Universal por Hijo, al cobro del salario familiar por las mujeres, a las 2 millones de amas de casa jubiladas, a la incorporación en cooperativas y en Ellas Hacen de miles de mujeres, junto a una legislación que consolida derechos, esta norma significa construcción de equidad.
Desde el Sindicato de Amas de Casa (Sacra), con nuestros 31 años de defensa y valorización del trabajo doméstico, saludamos esta nueva conquista de las trabajadoras argentinas y nos comprometemos a difundirla y aportar para su efectivo cumplimiento.
* Secretaria general - [email protected]
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