Lunes, 30 de junio de 2014 | Hoy
ECONOMíA › EN UNA SOLICITADA EN THE NEW YORK TIMES ASEGURó QUE GIRó EL DINERO A LOS BONISTAS
Busca así dejar en claro que si los inversores hoy no cobran no es porque no se haya pagado sino porque el juez Griesa obstruyó ese cobro, con la complicidad del Bank of New York. Insistió con que busca cumplir con el ciento por ciento de los bonistas.
El Gobierno reiteró ayer en una solicitada publicada en el diario estadounidense The New York Times que está dispuesto a pagarle al ciento por ciento de los tenedores de bonos, pero de una manera “justa, equitativa y legal”. A su vez, remarcó que ya cumplió con el pago previsto para hoy a los bonistas que ingresaron al canje, aunque dada la advertencia que le formuló el juez Thomas Griesa al Bank of New York es difícil que el banco les vaya a girar el dinero a los inversores. Por lo tanto, se abre un escenario de derivaciones todavía inciertas. En el texto, el Poder Ejecutivo indicó que, con el pago realizado el jueves, el país “ratifica su firme e incondicional voluntad de cumplir con sus obligaciones, para honrar sus deudas y para descartar cualquier interpretación solapada que implique la introducción del eufemismo de ‘default técnico’ con el que se intentó caracterizar la arbitraria prohibición de pago ordenada por la Corte, sin tener en cuenta la voluntad del deudor de cumplir con sus obligaciones”. La solicitada también cuestiona con duros términos al juez Griesa y le advierte a Estados Unidos sobre “las consecuencias de sus actos”.
En el texto se afirma que “para la República Argentina y para cualquier otro país soberano pagar significa el depósito de fondos en cumplimiento de las obligaciones previstas en el prospecto de emisión de los Instrumentos de deuda y, por tanto, ejercer voluntariamente un derecho sin buscar con ello entrar en conflicto con otras decisiones judiciales que alteren las bases contractuales de un país soberano”. “Nuestra firme convicción, como reflejan las instituciones y las organizaciones internacionales, junto con analistas y especialistas que han sido incluso críticos del país en periódicos especializados y revistas a nivel internacional, es que el exitoso proceso voluntario de reestructuración de la deuda, que fue aceptado por el 92,4 por ciento de los tenedores de bonos, debe cumplirse”, sostiene el gobierno argentino en la solicitada. La mención sobre “periódicos especializados” es en referencia a un editorial del diario Financial Times, firmado por Martin Wolf, titulado “Defender a Argentina de los buitres”. A su vez, la conservadora revista estadounidense Foreign Affairs también criticó con dureza a las distintas instancias de la Justicia estadounidense, a las que calificó como “fundamentalistas peligrosos”.
En el texto publicado ayer, el Gobierno volvió a apuntarles a los fondos buitre al remarcar la convicción de no poner en riesgo el proceso de reestructuración iniciado en 2005: “Esta convicción implica apelar al sentido común y a la participación regular y racional en los procesos de resolución de la deuda en la que los derechos de una mayoría clara y auténtica no pueden ser socavados por el 1 por ciento de los tenedores de bonos que, desde una posición minoritaria, están destruyendo los esfuerzos colectivos de la nación y del pueblo argentinos para honrar sus compromisos, además de afectar los intereses y derechos de la mayoría de los tenedores de bonos”, remarcó el Gobierno.
El gobierno argentino también buscó ponerle presión a Estados Unidos por la situación inédita hacia la que se está yendo: “Esta decisión soberana de la República Argentina –añade el texto– implica una advertencia para Estados Unidos con respecto a las consecuencias de sus actos, teniendo en cuenta la responsabilidad internacional de las decisiones tomadas por su Poder Judicial, para el agente fiduciario, para las entidades financieras que participan, para los litigantes, y para el propio juez Thomas Griesa, con respecto a cualquier acción judicial de la que podamos valernos con el fin de reivindicar legítimamente nuestros derechos como miembros de la comunidad internacional, la Organización de Estados Americanos (artículo 61), las Naciones Unidas (artículo 2, párrafos 1 y 4), el Convenio Constitutivo del Fondo Monetario Internacional (artículo 4), a la Corte Internacional de Justicia de La Haya como sujetos de derecho internacional, y ante los tribunales de jurisdicción general en la República Argentina”.
Para el Ejecutivo argentino, el hecho de que el pago de los bonos esté sujeto a la jurisdicción de Estados Unidos “no significa aceptar decisiones judiciales con las que es imposible cumplir”, sobre todo cuando “la sentencia viola el principio de inmunidad soberana que prevalece en esa nación como una regla de jerarquía institucional superior y se interpreta, además, el principio de pari passu de una manera caprichosa y absurda”. “El cumplimiento de una sentencia no puede exigir un incumplimiento de las obligaciones asumidas”, se subraya en el texto. En ese sentido, se advierte: “Cualquier conducta que trate de obstaculizar el pago a nuestros acreedores constituirá una violación de la disposición de Derecho internacional público que, en virtud de la igualdad soberana, prohíbe coaccionar a otros Estados. Esta disposición también se encuentra en vigor en los Estados Unidos”.
Para el Gobierno, no hay dudas sobre la “parcialidad” de Griesa en favor de los fondos buitre, ni de su verdadera intención: “Empujar a Argentina al default y destruir el acuerdo de reestructuración de 2005 y 2010 que alcanzó con el 92,4 de los acreedores tras largas negociaciones”. Esto se confirma, según la solicitada, con el rechazo al stay pedido por el país para poder cumplir con sus obligaciones del 30 de junio próximo y habilitar el diálogo con el ciento por ciento de los bonistas. “Pero no va a lograr su objetivo, por una simple razón: la República Argentina cumplirá con sus obligaciones, pagará su deuda, cumplirá sus compromisos como lo ha venido haciendo, con el objetivo de poner fin a la estratagema de considerar un fallo de la corte absurdo, con efectos sistémicos a nivel internacional, como un ‘default técnico’. Eso no es más que una forma sofisticada de tratar de obligarnos a arrodillarse ante los usureros del mundo”, sentencia el texto. Por último, reafirma el compromiso de Argentina de honrar sus deudas con el ciento por ciento de los bonistas, siempre y cuando sea de una manera “justa, equitativa y legal”.
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