Según Javier González Fraga, quien presidió dos veces el Banco Central a comienzos del menemismo, Néstor Kirchner recibió la mejor herencia presidencial en veinte años. Destaca como componentes de ese legado un crecimiento de la economía del 7 por ciento, el superávit fiscal, una inflación que sería de sólo el 5 por ciento (frente a una meta presupuestaria de 22,5) y un excedente comercial de más de 15 mil millones de dólares, pero, eso sí, “con desempleo y default”.
La pregunta que surge ante este planteo es si Kirchner, que asumió el 25 de mayo, aportó algo para lograr estos resultados o estaban simplemente prefigurados. González Fraga sólo parece reconocerle al santacruceño el reinante “optimismo por la nueva situación política”.
JGF, actualmente responsable de estudios económicos de la UIA, asegura que, de aplicarse una política adecuada, podría esperarse “un muy buen 2004, y más”. Siendo así, el año próximo crecería 6,5 por ciento el Producto, mientras que la inflación treparía al 10 por ciento a nivel minorista, pero sólo 3 mayorista. Otras variables asumirían los siguientes valores: el dólar cerraría el 2004 a 3,10 pesos (pero no aclara qué pasará con el euro y otras monedas duras); el consumo crecería 3,5 por ciento, mientras la inversión treparía 15 puntos; el superávit fiscal rondaría los U$S 10 mil millones y el Central mantendría reservas por 14 mil millones.