“Todavía no tenemos un sector financiero normal. Ni siquiera la banca pública presta a tasas competitivas”, se lamentó ayer Luis Pagani. El presidente de Arcor formuló sus declaraciones en la presentación de un proyecto piloto de “reactivación productiva” que benefició a la Cooperativa de Trabajadores Unidos (CTU) Campo Herrera de Tucumán, con el auxilio simultáneo de la trasnacional alimentaria y las Naciones Unidas.
“Hoy la economía, en particular la agraria, está en un ciclo muy positivo. Pero para poder crecer entre 7 y 8 por ciento anual se necesita invertir mucho en varios sectores; para esto es imprescindible el financiamiento”, advirtió el titular del grupo, que ayer ratificó el apoyo brindado por el empresariado a la renegociación de la deuda.
Arcor presentó ayer públicamente el resultado de un proyecto que permitió reactivar una cooperativa tucumana con el apoyo técnico y económico de la Onudi, Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial. Esta entidad multilateral, a cargo del argentino Carlos Magariños, facilitó las computadoras y cámaras de enfriado que necesitaba la CTU y la multinacional cordobesa le aseguró la compra del azúcar y la frutilla que volvió a producir. Con este aliento –Arcor demanda 100 mil toneladas de azúcar por año–, la cooperativa proyecta subir la producción de caña de 33 mil toneladas este año a más de 88 mil en 2006.
La asistencia técnica de la Onudi asume la forma de un subsidio y parte de sus recursos corresponden a una donación que otorgó el gobierno de Italia en 2001, con la condición que fueran destinados a pymes ubicadas fuera de los principales cordones industriales del país. Según explicó ayer Magariños, la experiencia de la cooperativa tucumana es sólo una de las que planean encarar en país, siempre y cuando haya clientes garantizados para esos emprendimientos.