Algunos de los bancos extranjeros que operan en el país están cumpliendo a medias la ley que los obliga a informar de manera inequívoca a sus clientes si la entidad cuenta o no con el respaldo financiero de la casa matriz. La mayoría, en cambio, ya avisó claramente que las sucursales locales deberán responder por sí solas ante futuras crisis.
Hasta meses antes del corralito, los bancos de capital extranjero realizaron vastas campañas publicitarias en las que destacaban la solvencia financiera de entidades respaldadas por conglomerados internacionales, en algunos casos con activos superiores a todo el sistema financiero argentino. Pero cuando la crisis llegó todas las entidades extranjeras, sin excepción, se negaron a capitalizar a sus filiales, y sus ahorristas sufrieron la pesificación de sus depósitos al igual que los clientes de los bancos nacionales.
Para que el “engaño” no se repitiera en el futuro, el Congreso sancionó en mayo pasado la ley 25.738 que establecía que las entidades extranjeras deberán informar a sus clientes si el banco en cuestión goza o no del respaldo financiero de la casa matriz. Tal advertencia debería difundirse “mediante avisos publicitarios ubicados en cada uno de sus locales, en lugares de lectura accesible, en sus correspondientes páginas web, y en toda publicidad que realicen, por cualquier medio de comunicación o que entreguen en sus locales con el objeto de promover sus servicios”.
De un relevamiento que circula por despachos oficiales surge el siguiente diagnóstico:
- En las sucursales, el francés Paribas no colgó cartel alguno que revele si cuenta con el apoyo o no de la matriz. Tampoco lo informa por Internet.
- El resto de las entidades sí lo informa, y en todos los casos relevados la respuesta es negativa: Banco de Boston, Citibank, HSBC, Société Générale, Río, Itaú, Francés, BNL, Lloyds Bank.
- En folletos, el Itaú no cumple con la norma, mientras que el Francés y el Lloyds lo hacen parcialmente. En algunos folletos no hay aviso alguno.
- En Internet, el Boston, el Francés y la BNL tiene carteles de advertencia, pero “no a la vista”.