ECONOMíA › LAS EXPECTATIVAS ANTICIPAN QUE LA CONTRACCIóN SE PROLONGARíA AL AñO PRóXIMO
Las expectativas de las principales consultoras, de acuerdo con el relevamiento del Banco Central de Brasil, anticipan una caída del PBI del 0,15 por ciento en 2016, luego de una contracción esperada para este año del dos por ciento.
Los analistas del mercado brasileño prevén por primera vez una contracción de la actividad económica en 2016, según lo informó ayer el Banco Central de Brasil, que todas las semanas releva las expectativas de los principales consultores del mercado. Las proyecciones para el próximo año arrojaron un retroceso del 0,15 por ciento del PBI, al tiempo que indicaron que la baja sería de 2,01 por ciento este año, cuando la semana pasada habían estimado que iba a ser de 1,97. La recesión esperada para la economía brasileña es la peor desde 1990, cuando se anotó un retroceso del Producto del 4,35 por ciento. La floja performance del mercado brasileño es un elemento de tensión para la economía local, que exporta una parte relevante de bienes industriales a ese país, en particular del sector automotor.
La inflación fue otro eje de tensión en el informe del Banco Central de Brasil. Los analistas informaron que la variación de los precios acumulará 9,32 por ciento en 2015, cifra que duplica la meta oficial de 4,5 por ciento y excede por casi tres puntos el “techo máximo” establecido en los objetivos de la autoridad monetaria, de 6,5 puntos. Las previsiones de inflación, no obstante, se mantuvieron respecto de las presentadas la semana pasada, una situación que no ocurría desde hace más de cuatro meses. El aumento de precios de este año, si se confirman las expectativas del mercado, sería el más elevado desde 2002, cuando la inflación minorista se ubicó en 12,53 por ciento.
En lo que refiere a las tasas de interés de referencia, los consultores pronosticaron que 2015 terminará con una tasa del 14,25 por ciento, una cifra idéntica a la que se observó en la primera mitad de agosto. La perspectiva no se modificó en relación con lo que se informó la semana anterior en el Boletín Focus, en el que el Banco Central de Brasil releva los pronósticos del mercado. La presentación de este informe es una obligación para todos los países que se encuentran suscriptos en regímenes monetarios de metas de inflación, donde el crecimiento de la economía queda supeditado al control de precios a través de la administración de la tasa de interés. Dicha variable se ubica actualmente, en el principal socio comercial de la Argentina, entre las más altas de la última década, situación que agrega obstáculos a la desaceleración de la economía.
Las previsiones para el tipo de cambio brasileño para fin de 2015, en tanto, pasaron de 3,40 a 3,48 reales por dólar entre la semana pasada y la actual. Para 2016, el pronóstico de los principales consultores del mercado es que la moneda alcance una cotización de entre 3,50 y 3,60 reales continuando, aunque más moderadamente, con las correcciones nominales observadas en los últimos meses en la economía brasileña. Estos movimientos del tipo de cambio, según analistas no convencionales, son un elemento central para explicar la mayor tensión de los precios y la desaceleración de la demanda agregada.
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