La petrolera YPF anunció ayer su regreso a un segmento estratégico de la industria petroquímica: la producción y comercialización de polímeros, y particularmente de uno de ellos, el polipropileno, insumo básico en la fabricación de envases de alimentos, cañerías, tapas de envase y paragolpes de autos, entre muchas otras aplicaciones industriales. YPF había abandonado su posición en este segmento en 2005, cuando su aún controlante, Repsol, emprendió una política de desinversión que la llevó a desprenderse de Petroken (vendida a Basell Ibérica) y antes de Polisur (al grupo Dow). Ahora, a través de una inversión de 122 millones de dólares, la petrolera renacionalizada decide volver al rubro, recomprando el 50 por ciento de las acciones de Petroken (al mismo grupo Basell, de origen holandés), a lo que suma el 46 por ciento del paquete que adquirirá de Petrocuyo.

Miguel Galuccio, presidente y director ejecutivo (CEO) de YPF, dio el marco de la operación. “Esta adquisición está en línea con nuestra estrategia de seguir construyendo una compañía integrada, comprometida con la industrialización y el valor agregado de nuestra producción”, señaló. “El sector petroquímico tiene enorme potencial en Argentina y forma parte de la estrategia de crecimiento de YPF en un sector de gran competencia regional”, agregó.

A pesar de las decisiones de Repsol que afectaron a YPF, la petrolera de marca local no había abandonado totalmente el rubro petroquímico. “Cuenta con tres complejos industriales integrados operativamente con sus tres refinerías: La Plata, Plaza Huincul y Luján de Cuyo”, recordó ayer la empresa en el comunicado que da cuenta de la operación.

“Con esta compra, YPF vuelve a un segmento estratégico del sector petroquímico, del cual participó hasta la decisión de retirarse del mercado entre los años 2004 y 2005. La capacidad de volver a industrializar el propileno le permite a YPF agregar valor a este producto y beneficia al país con el efecto multiplicador que la petroquímica genera en la economía”, explica el comunicado de la empresa.

La venta en el año 2005 de las participaciones de YPF en Petroken (50 por ciento) y en Polisur Bahía Blanca (28 por ciento) respondieron a la política de entonces de Repsol de desinvertir en los negocios que tenía en el país, para reinvertirlo en el exterior. De hecho, la transferencia de Petroken a Basell se realizó casi en paralelo a la compra de Repsol a la misma empresa de su 50 por ciento en la compañía española Transformadora de Propileno, con planta en Tarragona. Basell y Repsol eran socias 50 y 50 en ambas, pero a partir de las operaciones cruzadas, Repsol se quedó con el ciento por ciento de Transformadora y Basell con el ciento por ciento de Petroken.

Basell, con sede en Holanda, había sido en su origen conformada en partes iguales por el grupo Royal Dutch Shell y la empresa química alemana BASF, pero luego fue adquirida por el emporio estadounidense Access Industries, grupo inversor con fuertes participaciones en negocios vinculados con la explotación de recursos naturales, química, medios y telecomunicaciones e inmobiliarios. LyondellBasell (tal su nombre completo), compañía refinadora y química, productora de plástico y otros productos derivados, mantendrá una participación del 50 por ciento en Petroken, quedando así asociada a YPF en partes iguales.

La planta de polipropileno de Petroken está ubicada en Ensenada y cuenta con una capacidad instalada de 180 mil toneladas. La de Petrocuyo, radicada en Luján de Cuyo, tiene una capacidad de 130 mil toneladas anuales. El 46 por ciento adquirido por YPF pertenece a la familia Sielecki, que retendrá otro 46 por ciento. El 8 por ciento restante es del grupo industrial brasileño Kelvin Corp.