En muchos países se adelanta el huso horario en verano con el objetivo de ahorrar energía –y dinero–. En Argentina se adoptaba esa medida hasta que se privatizó el servicio de distribución eléctrica, en 1993. En los últimos diez años, el único intento por volver a cambiar la hora oficial fue durante el gobierno de Fernando de la Rúa, pero todo quedó en la nada. Ayer, el secretario de Energía, Daniel Cameron, confirmó que el Gobierno estudia la posibilidad de un cambio horario. “En diez días tendremos una definición”, aseguró el funcionario, pero no se animó a confirmar la modificación.
Desde Adecua, una asociación de defensa de los consumidores, resaltaron que “el cambio horario es necesario por dos puntos básicos: ayuda a atenuar la emergencia eléctrica por la que atraviesa la Argentina y trae beneficios económicos directos a todos los usuarios; a más horas de luz natural, menos tiempo de luz artificial”, explicó la presidenta de la entidad, Sandra González.
Según Adecua, por no haber modificado el huso horario, en los últimos diez años las empresas de servicios públicos privatizados facturaron 48 millones de dólares más de lo que les hubiese correspondido. La entidad, junto al programa “Punto Doc”, lanzó la última semana una campaña de recolección de firmas para que el Congreso sanciones una ley que contemple la modificación horaria todos los años. La iniciativa fue presentada a las empresas Edesur y Edenor y a la Secretaría de Energía.
“En tres días recolectamos 30 mil firmas en todo el país, tenemos toda la intención de que sea ley, pero el Ejecutivo tiene el poder de solucionar este problema de forma más rápida beneficiando de esta forma a todos”, resaltó González y aseguró que, de hacerse el cambio en breve “se puede ahorrar hasta un cinco por ciento del consumo que correspondería para esa época”.
Cameron, en una rueda de prensa que compartió con el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, en Casa de Gobierno, señaló que un equipo de técnicos de la Secretaría de Energía está “estudiando el ahorro que esta medida puede generar”.
La propuesta elaborada por Adecua consiste en dividir el país en sólo dos husos horarios, “este y oeste”. Las ciudades de mayor consumo –Capital Federal, Gran Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba– estarán todas del primer lado, donde se producirá el mayor ahorro.
El cambio horario era habitual en Argentina con la llegada del verano hasta comienzos de la década del ‘90, cuando el servicio de electricidad estaba en manos del Estado. A partir de la privatizaciones de Segba se abandonó esa práctica, situación que fue vista por algunos especialistas como el fruto de la presión de las concesionarias para mantener alta su facturación.