ECONOMíA
Entre el Gobierno y Repsol hay algo más que seis mil millones de inversión
Pese a los reclamos que se cruzaron en público Alfonso Cortina y Julio De Vido, avanzan los acuerdos a puertas cerradas.
› Por Raúl Dellatorre
En la relación con Repsol-YPF, el Gobierno prefiere guardar los gestos cordiales para la intimidad y mostrar dureza en público. El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, participó ayer de un evento con la petrolera a apenas 48 horas de que la empresa anunciara desde Madrid un plan de inversiones por casi 6000 millones de dólares y, aunque destacó la importancia de que Repsol siga confiando en el país, advirtió que su aspiración es que “el sector industrial sea el principal exportador de la Argentina” y que la extracción de hidrocarburos se destine a la producción local, “aunque ello implique una menor presencia en los mercados externos”. Alfonso Cortina, presidente ejecutivo de Repsol-YPF, en tanto, volvió a reclamar un ajuste en el precio del gas en boca de pozo, congelado desde la devaluación. Pese a los cruces en público, diversos representantes del sector energético destacan que, puertas adentro, Repsol mantiene una vinculación muy estrecha con las principales espadas del Gobierno. “Se ha convertido en su principal aliado en el campo empresario”, aseguran.
“Aspiramos a que el petróleo argentino se utilice en pos del desarrollo de la industria del país, ése es el objetivo del Gobierno”, sintetizó el ministro de Planificación en su discurso. Fue una manera de manifestar que la fuerte presencia actual del petróleo crudo y las materias primas agrícolas en el menú de exportaciones no son el perfil más deseado por el Gobierno. También, una manera de poner límites en público a los reclamos empresarios. En su intervención previa, Cortina había subrayado el compromiso del Gobierno de “bajar a partir del año próximo la alícuota de retenciones a la exportación y eliminar impuestos distorsivos, todo lo cual favorecerá las inversiones en el sector y su rentabilidad”.
El evento convocante era la presentación de la Guía 2004 de YPF, pero la numerosa presencia de empresarios de primera línea del sector energético y el vicepresidente de la Nación y el titular de Planificación por el Gobierno dieron marco para que las declaraciones trascendieran la mera formalidad. Repsol-YPF le dio mayor dimensión al evento anunciando, el lunes desde Madrid, un plan de inversiones por casi 6000 millones de dólares hasta el año 2007, de los cuales 2300 millones se destinarán a exploración y extracción de petróleo y gas (el resto irá a refinación, subproductos y comercialización). Es la mayor inversión privada programada desde la caída de la convertibilidad. Sin embargo, no se trata de un esfuerzo a contramano para Repsol: en los primeros nueve meses de este año, sus balances arrojan una ganancia de 1800 millones de dólares por sus operaciones en la Argentina, una cifra nunca antes alcanzada. Es evidente que ni el congelamiento del precio del gas ni las retenciones a las exportaciones ponen en riesgo la suerte de la compañía. El eje de sus ganancias está en el alto precio internacional del crudo y su bajo costo de extracción que hoy tiene, en dólares, en la Argentina.
Empresarios y funcionarios con los que conversó ayer Página/12 coincidieron en que “hay buena química” entre los directivos españoles –Ramón Blanco es la figura principal en las relaciones con la Argentina– y la primera línea kirchnerista. “No hay aprietes, están negociando bien”, sostienen los que conocen a unos y a otros. Un ejemplo: ayer Cortina expuso su demanda de un descongelamiento progresivo del gas en boca de pozo, hoy en un valor equivalente a 45 centavos de dólar por millón de BTU (unidad calórica de medición), cuando antes de la devaluación estaba en 1,40 dólar. “El precio actual no es compatible con mayores inversiones”, dijo. Pero las inversiones se harán. Además, la empresa sabe que el Gobierno tiene en carpeta empezar a mover los precios del gas para la industria y otros grandes consumidores a partir de enero.