“Diciembre va a ser un festival de consumo.” Tal vez el funcionario de Economía, quien considera a Lavagna un nuevo Papá Noel, exagera. Pero en algo tiene razón. “Todo lo que podía dar el sector público para afianzar la reactivación lo vamos a poner en diciembre, para las Fiestas”, aclara. Las cifras que manejan en el equipo económico ratifican esa aseveración. Para las Fiestas, empleados públicos, jubilados y pensionados tendrán en sus bolsillos unos 1400 millones de pesos con los que nunca habían contado para esa fecha.
El anuncio de la suba a partir de enero del mínimo para jubilaciones y salarios, junto con la suma fija de 50 pesos para todos los asalariados del sector privado, eclipsaron la verdadera apuesta de Lavagna para motorizar el consumo en diciembre, aprovechando la estacionalidad de las Fiestas.
Hace tres semanas, el secretario de Hacienda, Carlos Mosse, confirmó al ministro que en las cuentas de 2003 sobrarían 1350 millones de pesos, por encima de las pautas de superávit acordadas con el Fondo. Entonces, se abrió una dura pulseada con los técnicos del organismo, que pretendían que esa suma fuera trasladada como “saldo de inicio de caja” al ejercicio 2004. De esa forma los funcionarios del FMI presionaban para que el Gobierno adicionara el excedente de recursos de este año al superávit pautado para el próximo, como señal a los acreedores extranjeros.
Sin embargo, luego de consultar con Kirchner, Lavagna tomó otra decisión. “Hay que quemar todo en diciembre”, le trasmitió a Mosse.
Así quedó definido un cronograma de pagos que vuelca en diciembre todo el excedente de ahorro del sector público al bolsillo de jubilados y empleados estatales. Los números son los siguientes:
- El adelanto del cronograma de pagos de haberes a jubilados y pensionados significa que éstos crobrarán en diciembre 570 millones de pesos que antes cobraban en enero.
- El anticipo del medio aguinaldo al sector pasivo representan otros 590 millones de pesos que antes también cobraban en enero.
- El adelanto del medio aguinaldo para empleados públicos son otros 280 millones de pesos que podrán gastarse para las Fiestas.
De acuerdo con los cálculos del equipo económico, el 90 por ciento de estos recursos irán directamente al consumo, ya que los perceptores de estos ingresos son sectores con casi nula capacidad de ahorro.
Hay dos ejemplos paradigmáticos de cómo cambiará para Navidad y Fin de Año la billetera para una gran cantidad de jubilados:
- 750 mil jubilados que cobran la mínima (220 pesos) junto con una pensión (220 pesos) por fallecimiento del cónyugue recibirán en la primera semana de diciembre los haberes de noviembre, más los medios aguinaldos correspondientes (110 x 2): en total 660 pesos. En tanto, en la cuarta semana cobrarán los haberes de diciembre: otros 440 pesos. Así, en total contarán con 1100 pesos para las compras de Fin de Año.
- En diciembre del año pasado ese grupo de pasivos sólo dispuso de 400 pesos (una mínima de 200 pesos x 2), correspondiente al haber de noviembre. Los aguinaldos y beneficios de diciembre recién los cobraban en enero.
- A su vez, 1,2 millones de jubilados que sólo perciben un haber mínimo cobrarán en la primera semana, junto con el aguinaldo, 330 pesos, a lo que hay que sumarle otra mínima en la cuarta semana: en total 550 pesos. Este grupo, en diciembre del año pasado sólo contó con 200 pesos.
El fuerte envión que confía el equipo de Lavagna se daría al consumo en diciembre no debería decaer en enero, cuando por las vacaciones los sectores más acomodados consumen una parte del ahorro familiar del año. Pero además, para que los jubilados que cobran la mínima no sientan el bache, en enero seguirían percibiendo el haber dentro del mismo mes, una modalidad que se instauraría para todo el año.