ECONOMíA › LA SUBA DE ALIMENTOS ACELERA LA ESCALADA DE PRECIOS EN BRASIL
Si el año 2015 no cerró bien, 2016 arrancó peor. Esto es lo que concluyen los analistas que siguen la marcha del proceso inflacionario en Brasil, en franca escalada a pesar de la recesión económica que se prolonga. Después de haber superado, por primera vez en más de una década, los 10 puntos de inflación anual en 2015, el nuevo año arrancó con un alza en el índice de 1,27 por ciento, la más elevada para un mes desde enero de 2003. Lo más grave es que hayan sido Alimentos y Bebidas, con el 2,28 por ciento, y el Transporte, con el 1,77, los dos rubros que registraron los más elevados aumentos de los precios al consumidor, Precisamente, los que más castigan a los presupuestos familiares de las clases bajas y medias bajas. Los datos del mes representan el mayor incremento mensual de los precios de los alimentos desde diciembre de 2002.
El gobierno de Brasil enfrenta desde hace cinco años un deterioro progresivo del nivel de crecimiento económico. En 2015, la situación derivó en recesión, cuando se observó un retroceso del 3,1 por ciento en su producto bruto. El Fondo Monetario acaba de pronosticar una caída adicional del 3,5 por ciento para este año, en línea con las sucesivas revisiones de los pronósticos brasileños –tanto oficial como privados–, que corrigen a la baja su proyección prácticamente semana tras semana, por lo menos en los tres últimos meses.
Como consecuencia del método de Metas de Inflación que aplica el gobierno de Dilma Rousseff, la aceleración de precios implica una mayor presión para que el Banco Central eleve las tasas de interés, al considerarlo un factor estabilizador de los precios. Pero este enfoque económico desestima el impacto que esa suba de tasas tiene sobre la economía real, al encarecer los créditos justo en un proceso de generalizada recesión en el país.
Los datos informados ayer por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE) muestran un salto en la medición mensual con respecto al 0,96 por ciento que se había registrado en diciembre último. La séptima economía global terminó 2015 con una tasa de inflación de 10,67 por ciento, lejos del techo de 6,5 por ciento establecido como la meta anual. La aceleración de la inflación queda de manifiesto al observar que la tasa de aumento de precios de 2014 fue del 6,41 por ciento, subiendo más de cuatro puntos en 2015. Para 2016, la proyección del dato de enero arrojaría un incremento del índice aun superior.
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