Tras el aumento en enero del seis por ciento en el precio de los combustibles, se espera para este mes de marzo un segundo ajuste, de acuerdo a lo anticipado a principio de año por el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren. Pese a la baja en el precio internacional de los hidrocarburos, los precios locales han mantenido la tendencia ascendente por el impacto de la devaluación y el reclamo de las refinerías para recomponer sus márgenes de ganancias.

Según estimó ayer el presidente de la Federación de Empresarios de Combustibles de la Argentina (Fecra), Luis Malchiodi, el aumento de este mes se ubicará entre el seis y el ocho por ciento, pero advirtió al mismo tiempo que “desde diciembre pasado se nota una retracción en el consumo” en las estaciones de servicio. “Los combustibles aumentan como producto de la inflación generada por la estampida del dólar”, explicó, agregando que “estos incrementos igualan nuestros valores con los que tienen los países vecinos”.

Pero el “sinceramiento de precios” perseguido con el gobierno a través de estos múltiples ajustes difícilmente encuentre un punto de equilibrio de este modo. A la devaluación del 30 por ciento en diciembre, le siguió un aumento del 6 por ciento en las naftas a principios de enero, que iba a ser complementado por otro aumento similar en este mes. Pero, entre uno y otro, ya se registra un nuevo aumento del dólar cercano al 20 por ciento, desvirtuando totalmente la intención de recomponer las utilidades del sector refinador.

En medio de este proceso, ya se verifica una caída del consumo. “Desde hace casi tres meses, la gente viene consumiendo cada vez menos”, indicó Malchiodi. “Se nota en la nafta, el gasoil y el GNC, debido a que aumentan los precios y todavía no se produjeron los aumentos de paritarias”, apuntó el empresario.