La balanza comercial del sector de autopartes cerró el año pasado con un déficit de 6331 millones de dólares. El dato representa una caída del 5 por ciento en relación a 2014, aunque no guarda relación con una mejora en la integración de partes y piezas locales (que es una forma de reducir las importaciones) sino que se explica por la fuerte caída en la producción de autos a raíz de la crisis de Brasil. La situación económica del país vecino no sólo impactó en la producción y venta de autos sino también tuvo reflejo de forma directa en el sector autopartista, cuyas exportaciones cayeron un 24 por ciento, hasta su valor más bajo desde 2004. El sector de fabricación de piezas está además en estado de alerta por la situación de las importaciones. Si se libera el ingreso de productos a precio de remate desde Brasil, peligran entre 250 y 300 empresas que emplean a 15 mil trabajadores.

El sector autopartista emplea a unos 58.300 trabajadores, cerca del doble de los puestos de trabajo que generan las terminales. El segmento que mayor riesgo corre es el de las pymes concentradas en el Gran Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe que fabrican para el mercado de reposición. Las firmas que trabajan directamente con las terminales tienen mayor grado de contención porque hay planes de desarrollo e inversión en proceso, aunque tampoco están eximidas de los vaivenes del mercado. En cualquier caso, el fantasma de Brasil constituye el principal problema para el sector, tanto por el lado de la fuerte caída en su demanda (que impacta sobre exportaciones argentinas) como por el riesgo de que el gobierno permita que los sobrestocks acumulados en la economía vecina ingresen al país a precios artificialmente bajos.

El año pasado las exportaciones autopartistas alcanzaron a 1654 millones de dólares, lo que implicó una caída del 24 por ciento. Las ventas a Brasil explicaron el 57 por ciento del total y registraron una caída del 36,5 por ciento. El segundo destino fue Alemania (con el 5,7 por ciento de las exportaciones argentinas), seguido de México (5,4), Estados Unidos (4,5), China (3,6) y Chile (3,4). Los componentes más exportados fueron del sistema de transmisión, componentes del motor, motores y ruedas, neumáticos y cámaras.

Las importaciones en 2015 fueron de 7985 millones de dólares, con una baja anual del 10 por ciento. Según el análisis de AFAC (la cámara que agrupa a las fábricas de autocomponentes), a lo largo de la serie histórica que comienza en 1992, el 95 por ciento de la variación en la importación de autopartes se explica por las variables de la producción de vehículos, cuya caída en 2015 fue del 12 por ciento, en función de los registros de Adefa. El origen de las importaciones tuvo un menor grado de concentración que el destino de las exportaciones. En 2015 el 37 por ciento de las compras se concretaron a Brasil, el 9,8 por ciento a China, el 9,2 a Alemania, el 7,1 a Estados Unidos, el 6,3 a Tailandia y el 6,1 por ciento a Japón. Los industriales advierten que Brasil incrementó la presión para colocar sus excedentes de producción en el mercado local, lo que constituye un riesgo bajo el actual esquema de liberalización del comercio exterior que estableció el gobierno de Mauricio Macri.