Lun 16.05.2016

ECONOMíA  › LAS IMPORTACIONES DE PRENDAS DE VESTIR TREPARON 33 POR CIENTO EN EL PRIMER TRIMESTRE

Las pymes textiles tiemblan ante el aluvión

Los fabricantes de ropa vieron caer sus ventas a las marcas y los retails un 30 por ciento, mientras que estos últimos incrementaron sus importaciones de prendas un 33 por ciento. Esa tendencia hace peligrar miles de pequeñas firmas.

› Por Javier Lewkowicz

Los fabricantes de ropa enfrentan una situación complicada: mientras sus ventas a las marcas y los retails bajaron un 30 por ciento en promedio y en varios casos el 70 o el 80 por ciento, las importaciones de aquellas firmas en el primer trimestre subieron en promedio un 33 por ciento en dólares. El grupo Vesubio, licenciatario de las marcas Lacoste, Cacharel y Penguin, incrementó sus importaciones 47 por ciento en kilos y 44 por ciento en dólares; Vf Jeanwear, que comercializa prendas UFO, Wrangler y Penguin, trepó 98 por ciento en dólares y 99 por ciento en cantidades; Falabella, el principal importador de ropa, subió 6 por ciento en dólares y 10 por ciento en toneladas; el supermercado Wal-Mart incrementó sus compras de ropa 55 por ciento en kilos y 73 por ciento en dólares, mientras que Adidas lo hizo en un 82 por ciento en cantidades y 97 por ciento en dólares. Por su parte, la empresa Zara subió sus compras al exterior un 95 por ciento en kilos y 51 por ciento en dólares. El resultado es una retracción de la participación de la industria local en el mercado y un riesgo de desaparición de miles de pymes si los números actuales se transforman en una tendencia sostenida. El flujo de importaciones responde a la aprobación en diciembre de una enorme cantidad de pedidos de importación, que permitió a las firmas stockearse para el primer semestre.

El Gobierno apenas asumió adoptó una decisión muy fuerte que pasó casi inadvertida. Las autoridades de la Secretaría de Comercio, encabezada por Miguel Braun, aprobaron unas 35 mil declaraciones juradas de importación que habían quedado acumuladas sobre el final de la gestión anterior. En algunos casos eran incluso solicitudes que habían cursado por duplicado o triplicado como modo de insistencia y en un contexto económico que ofrecía perspectivas de corto plazo más ventajosas de que las que se observan en estos meses. Las puertas se abrieron de par en par y eso les permitió a las empresas no sólo acumular stocks por seis meses sino también hacerse la idea de que para lo que viene el modelo será la liberalización comercial.

Según un informe interno de la Fundación Protejer al que accedió Página/12, las importaciones en el primer trimestre de la cadena textil y confecciones alcanzaron 57 mil toneladas por un valor de 329 millones de dólares, un aumento del 6,6 por ciento en peso y del 5 por ciento en dólares en la comparación con el mismo período de 2015. Desde la entidad están cerrando los números de abril y la primera semana de mayo y la tendencia es la misma, de un fuerte incremento en las compras al exterior. El incremento de las importaciones de prendas de vestir fue muy superior al promedio, del 33 por ciento en dólares y del 19 por ciento en toneladas. Se trata del segmento productivo más sensible porque es mano de obra intensiva, muy expuesto a la competencia asiática. Su desarticulación equivale a desempleo. En hilados, el avance de las importaciones fue de 10 por ciento en dólares y 31 por ciento en toneladas, mientras que en tejidos planos, de 14 por ciento en dólares y del 20 por ciento en kilos. El comportamiento opuesto se verifica en tejidos de punto, con una merma de 22 por ciento a raíz del fuerte operativo de control sobre este producto usualmente utilizado para el contrabando vía Aduana.

Las importaciones textiles provenientes desde China crecieron 8,1 por ciento en dólares y llegaron a una participación del 43 por ciento del total adquirido al exterior. En segundo lugar está Brasil, que bajó su nivel en dólares un 4,3 por ciento a pesar de que medida en kilos la compra de textiles al país vecino avanzó 8,1 por ciento. Esa fuerte disparidad en el caso brasileño se explica por la rebaja de los precios de importación, ya que la crisis económica hizo que las firmas de ese país acumulen stocks y traten de desprenderse de la mercadería a precio de remate. En tanto, las importaciones desde Indonesia crecieron un 53 por ciento en toneladas y un 29 por ciento medidas en dólares.

El crecimiento de las importaciones se verifica en un contexto macroeconómico muy particular. La escalada inflacionaria, la falta de medidas de compensación y las paritarias que todavía no permitieron recomponer el salario (y probablemente no lleguen a hacerlo en el resto del año) produjeron una fuerte caída de las ventas. En los supermercados, que venden productos relativamente básicos, la baja es del 7 por ciento, que se agudiza a medidas que los artículos son menos imprescindibles. El propio Indec en febrero contabilizó que las ventas en los centros de compra crecieron en términos nominales un 28 por ciento, lo que supone una caída en términos reales superior al 10 por ciento. Más específicamente, las ventas de indumentaria bajaron entre un 15 y un 30 por ciento en la comparación anual.

En ese contexto de retracción de las ventas, el incremento de las importaciones textiles potenció la caída para la producción nacional del sector. Protejer calcula una caída del nivel de actividad textil del orden del 25 por ciento, con casos más complicados que presentan mermas que van desde el 30 al 80 por ciento debido a que las marcas y las empresas de retails cortaron con las órdenes de compra a los industriales nacionales.

El flujo de importaciones responde a la aprobación de DJAI y no a los nuevos pedidos que se cursan a través de las Licencias No Automáticas. Es decir que luego de la apertura que se realizó en diciembre, el Gobierno controló más de cerca el ingreso de textiles importados. El termómetro para lo que sigue se podrá medir a partir de junio, cuando las DJAI hayan vencido (tienen seis meses de vigencia) y todas las importaciones se cursen a través de las LNA. En términos laborales, en el sector no hay despidos pero sí una importante ola de suspensiones, con el caso más visible de la principal firma textil, TN Platex en La Rioja, que este diario informó la semana pasada.

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