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Mientras espera el veredicto del Fondo Monetario sobre la ayuda financiera, en el Gobierno saben que hoy se inicia una semana crucial para la suerte de la economía. Además de la evolución del dólar, que es seguida minuto a minuto por los funcionarios, la atención estará puesta en la renegociación de las tarifas de los servicios públicos. Las conversaciones con las privatizadas comenzarán esta tarde en el Palacio de Hacienda. Las empresas quieren discutir cómo compensar los efectos negativos de la devaluación.
La suerte que obtenga Jorge Remes Lenicov en las negociaciones con las compañías de servicios públicos tendrá doble impacto en los bolsillos de los consumidores. Si, tal como se presume, se convalidan aumentos, no sólo habrá transferencias de recursos de los consumidores en favor de las privatizadas por ese incremento de las tarifas. También sería esperable una mayor inflación en el resto de la economía debido al aumento de los costos de las empresas.
Tras la salida de la Convertibilidad, el Gobierno decretó la pesificación de las tarifas a la paridad uno a uno entre el peso y el dólar. Pero desde entonces dejó en claro que ésa era una medida en medio de la emergencia que sería corregida. A dos meses y medio de la devaluación, Economía se sentará a la mesa para atender el reclamo de las compañías de ajustar las tarifas.
La pulseada que se abrirá hoy a las seis de la tarde en el microcine del quinto piso del Ministerio de Economía es clara. Acostumbradas a los beneficios obtenidos durante el régimen que las vio nacer, las empresas querrán que sus tarifas se acoplen lo más posible a la evolución del dólar. De lo contrario, propondrán reducir sus inversiones. Tras un alza de la moneda estadounidense del 150 por ciento, Remes Lenicov intentará enfriar esas expectativas.
El ministro es consciente de que no hay demasiado espacio –ni desde el punto de vista económico ni desde el político– para ceder ante las compañías. En todo caso, el punto negativo de Remes es que hasta ahora no pudo obtener buenos resultados cada vez que se plantó frente a los gigantes del sector privado. Basta recordar que por el momento está perdiendo la pelea con las multinacionales exportadoras que se resisten a liquidar dólares pese a las exigencias oficiales; lo propio ocurrió con las petroleras (aumentaron los precios de las naftas); con los bancos (finalmente, entregan pesos y no dólares a los ahorristas evitándole un costo a sus casas matrices); y con las grandes empresas deudoras (a las cuales se les pesificaron los pasivos al tipo de cambio de la Convertibilidad).
El punto a favor de Remes Lenicov es que, de cara a esta nueva negociación, parece tener montada una estrategia. Si bien en el Palacio de Hacienda son renuentes a revelar el juego, ya se saben algunos detalles de cómo se iniciarán las tratativas.
- Las negociaciones estarán encabezadas por la Comisión Renegociadora, que preside Remes Lenicov y a la que también integra el secretario Legal y Técnico de Economía, Eduardo Ratti.
- En el encuentro debut de esta tarde, representantes de las 59 empresas convocadas por Economía escucharán un informe preparado por técnicos del Banco Mundial. En él se abordan distintas experiencias internacionales donde hubo devaluaciones y renegociación tarifaria, como en Indonesia y Corea.
- La intención oficial es sacarles una radiografía a las empresas. Quieren conocer sus balances en detalle (créditos tomados en la Argentina y en el exterior, la condiciones de esos préstamos y para qué se los utilizó). También serán consultadas acerca de las deudas que el Estado mantiene con ellas y las deudas impagas de las empresas con el Estado.
- Uno de los puntos del formulario que se les entregará en mano a los ejecutivos va directamente al grano. Les solicita que hagan una propuesta con los aumentos que crean necesarios en el corto plazo (mientras dure la emergencia económica). A su vez, las empresas deberán informar sobre el grado de cumplimiento de sus inversiones y si ya han renegociado sus contratos en el pasado.
- Justamente, entre las cartas con las que jugarán las compañías –a cambio de amortiguar el impacto de la devaluación– radica en proponer acortar planes de inversiones, alargar contratos de concesiones o bien disminuir la calidad de los servicios. Las concesionarias alegan que el alza del dólar encareció sus costos.
- Otro ítem importante que debería acordarse es la manera en que se ajustarán las tarifas de aquí en más. Hasta ahora, muchos contratos contemplaban un ajuste en relación a la inflación en Estados Unidos. La nueva realidad económica en la Argentina obligará a cambiar esa pauta.
- Economía pretende que las empresas entreguen completo el cuestionario dentro de dos semanas. Según las normas actuales, el Gobierno tiene todavía 120 días para encontrar una solución a este tema sin que se incrementen las tarifas.