ECONOMíA › LOS SUPERMERCADOS FACTURARON MAS VENDIENDO MENOS EN 2003

El factor precios abultó ganancias

Pese a que perdieron clientes a manos de almacenes, los súper tuvieron un buen año gracias a la maquinita remarcadora.

A pesar de la recuperación de los últimos meses, los supermercados despacharon menos el año pasado que durante el crítico 2002. A las cadenas no les llegó el aumento en el consumo que se nota en diversos sectores de la economía. La venta de productos cayó 9,2 por ciento a lo largo del año. No obstante, ello no impidió una mayor recaudación en las cajas registradoras: facturaron 16.552 millones de pesos, un 9,6 por ciento más que el año anterior.
El aumento de la facturación, a pesar de la retracción en la emisión de tickets, tiene una explicación: el aumento de los precios. El último informe del Indec aclaró que en las góndolas se detectaron incrementos promedio del 21,1 por ciento, en relación con los valores de 2002. La mayor parte de estas subas se verificó en la primera parte del año.
El hecho de que las fiestas de fin de año son un excepcional polo de atracción de consumidores ayudó a que el último diciembre se convirtiera en el mes de mejores ventas de los últimos tres años. Las 74 cadenas de supermercados facturaron 1777 millones de pesos.
Pero, más allá de los datos puramente coyunturales, lo importante es verificar lo que está sucediendo estructuralmente con uno de los sectores más importantes de la economía. En especial, las cuestiones que motivaron que cayeran los volúmenes de venta.
Para los especialistas, como Martín Rosenzvit, de la consultora AC Nielsen, el menor tránsito de changuitos por los locales a lo largo del año pasado se debió a que mucha gente volvió a optar por los comercios tradicionales y por los autoservicios para hacer las compras. La razón: “sobre 10 personas que acuden a los almacenes, entre 7 y 8 compran de fiado”, comentó el gerente de la consultora. Una alternativa inexistente en los súper e hipermercados.
Las góndolas de las bebidas fueron las más perjudicadas por la pérdida de clientes ya que los usuarios se están inclinando por los envases de vidrio retornables, una presentación común en los pequeños y medianos comercios, pero escasos en las grandes cadenas.
De acuerdo con la estadística oficial, las cadenas dejaron de perder clientes en el último semestre. Coincidió con la reaparición de los pagos con tarjetas en cuotas y sin intereses y también de las ofertas. En los últimos meses, por ejemplo, varias cadenas hicieron acuerdos con distintos bancos para ofrecer descuentos de hasta 15 por ciento en las facturas. Este “gancho”, que apareció en las semanas previas a las fiestas, permitió recuperar un 4,4 por ciento de clientes en noviembre y otro 5 por ciento en el último mes de 2003. Sin embargo, este cambio de tendencia no alcanzó para revertir el fenómeno.
En una cadena consultada por este diario admitieron que, tras la devaluación, el sector no pudo volver a mostrar una de las claves para atraer compradores: en relación con los pequeños comercios, los precios son similares o, a lo sumo, apenas mejores.
La retracción del sector redundó en destrucción de puestos de trabajo. En un año se perdieron 5172 empleos. En la actualidad trabajan 87.692 personas.
En las empresas se resisten a dar detalles sobre el nivel de rentabilidad. Aseguran que el hecho de que los precios hayan subido más que la inflación no implica mayores ganancias. Un hecho les da la razón: a precios constantes (sin considerar la inflación), las ventas por metro cuadrado se encuentra en 396 pesos, lo que demuestra una caída de 26 por ciento respecto de los valores de fines de 2001, justo antes de estallar la crisis. Algunos observadores, no obstante, alegan que el buen negocio del supermercadismo lo demuestra el hecho de que la crisis no hizo desaparecer cadenas, como sí ocurrió con muchos sectores de la economía. Al contrario, el negocio atrae a nuevos jugadores. Como a Francisco de Narváez, ex dueño de Casa Tía, que negocia en Holanda la compra de Disco.
Los cambios en el negocio del supermercadismo se notan en los salones de venta. Los franceses de Carrefour, por ejemplo, anunciaron que intentarán subalquilar algunos espacios a otros pequeños negocios, como ventas de celulares, revelados de fotos, o maxiquioscos. En Jumbo, en tanto, desplazaron gran parte del sector electrodomésticos para instalar allí artículos de bazar, mucho más accesibles al gran público.

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La venta de productos cayó 9,2 por ciento a lo largo del año con una facturación 9,6 por ciento mayor.
 
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