Vie 02.04.2004

ECONOMíA  › EL PRECIO DEL GNC GENERO OTRA POLEMICA ENTRE FUNCIONARIOS DEL GOBIERNO

Que sí, que no, sube mucho, poquito, nada

Mientras siguen indefinidos los instrumentos definitivos con los que el Gobierno encarará la crisis energética en el invierno, se suceden las confusiones por declaraciones cruzadas. Esta vez fue en torno del aumento del GNC. La UIA arrimó su propuesta.

El Gobierno no consigue ordenar su discurso en relación con la crisis energética. El precio del GNC aumentaría más adelante, pero no se sabe cuánto ni cuándo. Esa es la nueva información oficial, distinta de la que Patricia Vaca Narvaja, subsecretaria de Defensa de la Competencia y el Consumidor, suministró anteayer. “No hay ni plazo ni monto establecido para la suba del GNC”, afirmó ayer la funcionaria, atribuyendo su versión anterior –que calculó en 10 centavos el incremento y que éste se produciría dentro de un mes– a una errónea interpretación periodística. Roberto Lavagna, un par de días antes, se había pronunciado a favor de un aumento de tarifas y, en particular, del gas que usan los autos. El Ministerio de Planificación descartó esa idea, dejando trascender a la vez el enojo de Julio De Vido con el jefe de Economía por entrometerse en su área.
En medio de tanta confusión, la Unión Industrial Argentina sumó ayer su voz con una propuesta general para superar la crisis energética. Entre otras cosas, el plan contempla una suba del GNC hasta llevarlo a un precio “razonable”, que sería de un peso el metro cúbico (el doble del actual).
El Gobierno atinó a postergar cualquier definición mientras analiza el tema con más calma. Además de que Vaca Narvaja salió a negar el aumento que había anunciado un día antes, el subsecretario de Combustibles, Cristian Folgar, ratificó que “no hay plazo previsto ni porcentaje resuelto de un eventual incremento del GNC”.
La explicación que dio Vaca Narvaja fue la siguiente: “No hay decisión tomada sobre la fecha ni sobre el porcentaje del ajuste del GNC, ya que primero debe darse un acuerdo entre el Gobierno y las productoras sobre el precio del gas en boca de pozo, y una vez alcanzado ese acuerdo todo se someterá a la discusión en audiencia pública”. La funcionaria agregó que “una vez que se establezca un nuevo valor para el gas en boca de pozo, se verá si se ajusta y en qué monto el precio del GNC”. Todo ese proceso llevaría algo más de un mes.
La escasez de gas preocupa especialmente a los industriales. La UIA realizó ayer un seminario con distintos actores, incluidos los expendedores de GNC, para estudiar una solución. El plan que diseñaron apunta a racionalizar el consumo, garantizando su abastecimiento a los consumidores residenciales, a la industria y a las estaciones de GNC. Las usinas eléctricas serían las que deberían resignar su consumo. En su lugar, deberían utilizar fuel oil. Oscar Vignart, presidente de Dow Chemical y secretario de la UIA, fue quien expuso la propuesta. “Habría que importar un millón de toneladas de fuel oil para proveer a las usinas térmicas”, sugirió.
El problema es que el fuel oil es mucho más caro que el gas. La UIA planteó, entonces, la creación de un fondo para cubrirles la diferencia a las generadoras. A este fondo “transitorio” deberían contribuir el sector industrial, el del GNC y los mayores consumos domiciliarios. Todos estos sectores pagarían más cara la electricidad. “No deben aumentarse las tarifas básicas del consumo domiciliario, pero sí sería legítimo que todo lo que exceda del 80 por ciento del consumo promedio reciente de cada hogar sea cobrado a valores actualizados”, señaló la UIA. Es decir, las casas con mayores consumos –el parámetro habría que establecerlo– deberían ahorrar un 20 por ciento de electricidad o, de lo contrario, pagar ese 20 por ciento a un precio mayor.
Vignart sostuvo que “todavía estamos a tiempo de evitar lo peor, pero si no reaccionamos rápido en el invierno cerrarán fábricas, suspenderán personal y faltará el gas para todos”. El titular de la central fabril, Alberto Alvarez Gaiani, agregó que “sería un error de graves consecuencias hacer pagar exclusivamente a la industria el costo de la solución de la emergencia”. “La industria está dispuesta –agregó– a soportar los costos proporcionalmente y en base al esfuerzo compartido con los restantes actores sociales.” Uno de ellos son los expendedores de GNC. Según Vignart, éstos aceptaron que es necesario subir su precio. Alvarez Gaiani estimó que el precio razonable del GNC es de un peso, nivel hasta el que debería subir gradualmente.
La UIA le entregó su plan al ministro De Vido. El secretario Folgar, por su parte, garantizó que “las casas de familia y los comercios no tienen por qué preocuparse por el abastecimiento del gas ni ahora ni en el invierno”. Y reiteró que cualquier decisión sobre el precio del GNC se tomará más adelante.

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