ECONOMíA
Reunión de trabajo de Kirchner con Lavagna para desmentir rumores
La relación del ministro con el Presidente se había tensado en los últimos días y habían empezado a circular versiones sobre ese vínculo. Ayer hablaron de la deuda y del Plan Antievasión.
› Por David Cufré
Los problemas de inseguridad y la crisis energética sacaron del centro de la escena a Roberto Lavagna por unos días. Pero la próxima semana volverá a estar muy ocupado, ya que vendrán los representantes extranjeros de los acreedores para seguir la discusión por la reestructuración de la deuda. Para analizar ese tema y repasar una serie de anuncios que está preparando su cartera, el jefe de Economía estuvo ayer tres horas a la mañana en el despacho de Néstor Kirchner. Alberto Fernández y Felisa Miceli, la presidenta del Banco Nación, se sumaron a la reunión. Página/12 pudo saber que parte de los anuncios estarán vinculados con medidas para promover la inversión, una de las claves para garantizar la continuidad del crecimiento económico y para evitar cuellos de botella que impacten sobre los precios.
Lavagna confirmará en los próximos días la aplicación de dos iniciativas que ya fueron varias veces anunciadas, pero nunca implementadas: la amortización acelerada de bienes de capital y la exención del IVA para la compra de esos mismos bienes. También se dispondría el diferimiento del cobro del IVA sobre la inversión. El impacto fiscal de ese paquete rondaría los 1600 millones de pesos anuales. El Gobierno tiene espaldas para soportarlo, ya que el fuerte aumento de la recaudación le está permitiendo superar largamente las metas fiscales previstas para el año. En el primer trimestre, el excedente sería de unos 3000 millones de pesos, contra los 1100 millones comprometidos con el FMI.
Las perspectivas para los próximos meses son igualmente positivas. En mayo se esperan ingresos por arriba de los 10.000 millones de pesos, una cifra record que se lograría gracias a la liquidación de Ganancias de las empresas. Kirchner y Lavagna estuvieron analizando ayer cuál será el destino del superávit. El ministro de Economía propuso que una parte se utilice para otorgar incentivos a la inversión. La Unión Industrial Argentina y otras asociaciones empresarias le vienen reclamando ese apoyo al ministro. El titular de la central fabril, Alberto Alvarez Gaiani, le reiteró el pedido a Lavagna la semana pasada en un encuentro en el Palacio de Hacienda.
El Banco Nación también haría su aporte al paquete de anuncios, con el lanzamiento de nuevas líneas de crédito. El Gobierno quiere recuperar la iniciativa política después de encontrarse, de pronto, corriendo detrás de los acontecimientos. Los buenos resultados macroeconómicos son una base sólida para volver a afirmarse.
La próxima semana, además, estará marcada por las reuniones con los acreedores extranjeros. La discusión sobre la deuda volverá a activarse. Entre los visitantes estará Nicola Stock, del Comité Global de Acreedores, uno de los militantes más activos en contra de la propuesta de quita del 75 por ciento. Stock es uno de los blancos a los que apunta Lavagna, por considerarlo un hombre puesto por los bancos italianos para desligarse de su responsabilidad por haberles vendido a sus clientes bonos argentinos, cuando el estallido de la crisis de la deuda era evidente.
Además de comentarle el trabajo que está haciendo el sindicato de bancos y Economía para recibir a los acreedores, Lavagna repasó con Kirchner el paquete de leyes antievasión, por el cual el Gobierno busca dar mayor énfasis a los controles aduaneros para evitar un incremento del contrabando y un aumento de las defraudaciones mediante las maniobras de sobre y sub facturación.