La Justicia en lo penal económico investiga a la AFJP Orígenes, la mayor del mercado, por una presunta estafa en perjuicio de sus afiliados, trabajadores que ahorran para su futura jubilación. A diferencia del famoso caso Siembra, en que la defraudación a los afiliados se cometía en beneficio de terceros, Orígenes está acusada de haber especulado para rédito de la propia empresa. Eso agrava las cosas porque, de comprobarse, los delitos tendrían un carácter institucional. La operatoria era simple: los ejecutivos de Orígenes realizaban compraventa de bonos y acciones que de arrojar ganancias eran adjudicadas a la cartera propia de la compañía; en cambio, de resultar en pérdidas, eran imputadas al fondo de jubilación, constituido por dinero de los aportantes. La punta del iceberg que recién aparece en la causa, en la cual la Superintendencia de AFJP es querellante, puede tener derivaciones sorprendentes. Por lo pronto, el órgano oficial de control deberá investigar si el caso es aislado o configura un modus operandi en el sistema. De otro modo: si además de cobrar comisiones exorbitantes, los directivos de las AFJP persiguieron ganancias financieras a costa de sus afiliados.
Hasta ahora el caso testigo de una AFJP investigada por la Justicia por la comisión de delitos en perjuicio de sus afiliados era el de Siembra, la administradora del Citibank. El avance de esa causa, todavía abierta, es un ejemplo de hasta donde puede llegar el Poder Judicial si existe voluntad e independencia: hay varios procesados y detenidos (ver aparte). Sin embargo, aunque todavía resta determinar la responsabilidad institucional de los directivos de Siembra, por ahora ese caso se circunscribe a empleados de la AFJP que estafaban a los afiliados en beneficio propio y de terceros, ejecutivos de una Sociedad de Bolsa.
La expectativa que genera la investigación sobre Orígenes es su carácter institucional: la desviación de dinero en perjuicio de los afiliados habría favorecido a la propia compañía, controlada por los bancos Santander-Río y Provincia.
Según la información que obtuvo Página/12 de fuentes judiciales, la causa (número 1887/03) está radicada en el juzgado penal económico número 2, a cargo de Julio Cruciani, y está caratulada “Orígenes AFJP s/infracción ley 24.241”. Esa ley es la que creó el sistema previsional de capitalización, que en su artículo 140 manifiesta: “Será reprimido con prisión de 4 a 10 años al responsable de efectuar las inversiones de un fondo de jubilaciones y pensiones que por inobservancia de los deberes a su cargo llevare a cabo las inversiones de un modo indebido, causando un perjuicio al fondo”.
La denuncia, basada en una investigación de la Comisión Nacional de Valores (CNV), fue realizada el 17 de noviembre pasado y el 1º de abril último la Superintendencia de AFJP, dirigida por Juan González Gaviola, se presentó como querellante, dando la señal de que el organismo pretende llevar la investigación hasta las últimas consecuencias.
El 29 de marzo y el 1º de abril, el juez Cruciani practicó allanamientos en las sedes de Orígenes AFJP y del Banco Río con el objetivo de secuestrar grabaciones y soporte informático de la mesa de operaciones financieras de la AFJP.
Los hechos detectados se remontan al año 2000. En apenas una pequeña muestra de “inversiones” de las miles que efectuó en aquel año la administradora, la CNV primero, y la Superintendencia después, corroboraron que los operadores de Orígenes apostaban en el mercado con el dinero de los afiliados, pero si el billete resultaba ganador, asignaban la titularidad a la propia compañía.
Por ejemplo:
- El 28/9/2000, el operador de Orígenes realizó, en un breve lapso de tiempo, varias operaciones de compra de bonos Global 2030 por un monto de 10 millones para el fondo de jubilación. En un momento efectuó una venta a un precio superior al precio de compra más bajo. Dicha venta, que correspondía al fondo de jubilación, mediante un cambio de adjudicación, fue imputada a la cartera propia de la empresa. Esta “operación intradiaria” le generó a la administradora una ganancia de 18.750 dólares “sin asumir ningún tipo de riesgo”, y en perjuicio de sus afiliados.
- El mismo día (28/9/2000), el operador cambió la adjudicación de una operación por un 1 millón con Global 2030 que originalmente era del fondo de jubilación y que luego se ordenó asignar a la compañía. El perjuicio para el fondo fue de 1500 dólares.
- El 17/7/00 el operador de Orígenes vendió ADR de Banco Galicia (un instrumento financiero que cotiza en Nueva York) a través del fondo, pero la ganancia fue adjudicada a la cartera propia de la AFJP. “Esta operación intradiaria le generó a la administradora una ganancia de 2515 dólares sin asumir ningún tipo de riesgo, ganancia que fue redireccionada por el operador de los recursos del fondo y otorgada a la administradora por lo que se considera como un perjuicio para el fondo”, explica el informe de los técnicos oficiales incluido en la causa judicial.
Si esas maniobras fueron sistemáticas, algo que está ahora bajo investigación, cientos de esas “pequeñas” operaciones podrían representar un perjuicio millonario para los afiliados de Orígenes y un beneficio simétrico para el grupo controlante de la AFJP.
De hecho, entre julio de 1995 y julio de 2001, antes de la devaluación, los dueños de las AFJP obtuvieron en promedio resultados operativos (“comisiones” cobradas a los afiliados menos “costos de gestión”) de 323 millones de dólares/pesos al año. A eso hay que sumarle los “resultados financieros” conseguidos para las cuentas de las propias AFJP: en promedio unos 86 millones de dólares/pesos al año.