Lun 21.02.2005

ECONOMíA  › ECONOMIA Y LA PUJA ENTRE AUMENTOS E INFLACION

“Los salarios pueden subir sin indexarse”

El ministerio que encabeza Lavagna tiene un ojo puesto en las negociaciones que llevan adelante los empresarios con la CGT.

› Por Claudio Zlotnik

Las negociaciones salariales que se vienen entre los empresarios y la CGT serán monitoreadas de cerca por Roberto Lavagna. El ministro de Economía quiere tener la certeza de que cualquier recomposición de los sueldos no tendrá impacto sobre los precios. Es por ese motivo que Economía ya tomó posición respecto del tema: se opondrá a que los salarios se indexen con la inflación. “Cada sector tiene que dar los aumentos en la medida de sus posibilidades. No avalaremos ninguna cláusula generalizada”, dijo a Página/12 un miembro del equipo económico.
En Economía son tajantes: no se observa ningún riesgo de brote inflacionario. Cerca de Lavagna admiten que si bien se están evidenciando “algunas conductas oportunistas” por parte de algunas empresas, la inflación está controlada. Los funcionarios adjudican ese comportamiento empresario al fuerte repunte de la demanda que se nota en algunos rubros, en especial aquellos relacionados con el turismo pero también otros más ligados con el consumo popular.
El temor en Economía es que, la próxima semana, cuando la UIA y la CGT empiecen a negociar futuros aumentos salariales terminen acordando un método indexatorio –por ejemplo una cláusula gatillo–, por el cual los sueldos se ajusten en forma automática. “Desembocaría en una espiral inflacionaria, tal como lo vivimos en la década del 80”, advirtió un funcionario consultado por este diario. En lugar de ir hacia una fórmula generalizada, la idea es que las paritarias vayan definiendo el mapa salarial.
Si bien en líneas generales en Economía admiten que el salario debe seguir recomponiéndose –el Indec ubica el poder adquisitivo un 15 por ciento por debajo al momento del estallido de la crisis–, cerca de Lavagna se niegan a realizar estimaciones sobre la magnitud de esa mejora. Así como en el canje Lavagna usó el latiguillo “que hablen los mercados”, para evitar dar a conocer sus propias estimaciones, ahora en el equipo económico se escudan en “que hablen las paritarias”.
Para conocer de cerca la situación de las compañías y sus chances reales de otorgar aumentos, Lavagna instruyó a los técnicos del ministerio para que se elabore un índice de rentabilidad empresaria. Todavía no hay una fecha prevista para su publicación. Por ahora, para conocer la radiografía del mundo empresario hay que atenerse a lo que muestren las consultoras económicas o las fundaciones privadas. El grupo Unidos del Sur, cuya área económica dirige Javier González Fraga, realizó una investigación en la cual destacó que la rentabilidad de las empresas, antes de impuestos, asciende al 32 por ciento. Un nivel que está un 60 por ciento por encima de la mejor época de la convertibilidad. La conclusión fue que existe un margen para que haya mejoras salariales sin que ese reacomodamiento desemboque en un brote inflacionario.
En Economía no quieren abrir juicios definitivos antes de terminar de elaborar su propia investigación. Pero admiten que la industria, la construcción y algunos rubros de servicios tienen un colchón para poder recomponer sueldos sin trasladar esos mayores costos a los precios al consumidor. Diferente sería el caso de los comercios. “Sus márgenes de ganancias están un 15 por ciento por debajo del promedio histórico. A ellos se les encarecieron los costos (basta observar el fuerte incremento que registraron los precios mayoristas en los últimos meses), y no tienen espacio para aumentar sueldos sin provocar inflación”, comentó la fuente.
u Industria: En Economía afirman que es el sector con mayor capacidad para subir salarios. Si bien se admite que, en promedio, el poder adquisitivo de los trabajadores industriales se encuentra un 10 por ciento sobre el nivel de 2001, justo antes del estallido de la crisis, todavía hay espacio para otorgar más aumentos. La conclusión surge de las propias estadísticas oficiales: el sector manufacturero creció 11 por ciento el año pasado y empezó este año otra vez con fuerza.De acuerdo con la visión del Palacio de Hacienda, los rubros con mayor margen para incrementar salarios son: textiles, automotor, químico y los fabricantes de alimentos y bebidas. “El sector transable posee una mejor posición por efecto de una mayor productividad y porque los salarios disminuyeron su peso como costos”, explicó el funcionario.
u Servicios: Algunos que quedaron débiles por la crisis ya empezaron a obtener ganancias. Los bancos, por ejemplo. Otros, que fueron beneficiados por la devaluación, no recompusieron los salarios todo lo que podían. En Economía tienen en la mira a los hoteles, al rubro gastronómico y a otros también vinculados con el turismo.
Distinto sería el caso de los servicios regulados, que no obtuvieron incrementos tarifarios. Con algunas excepciones, como las telefónicas que viven un boom con los celulares y con el servicio de Internet.
Otros servicios no regulados tampoco tendrían demasiado margen para subir salarios, siempre según la óptica de Economía. Las prepagas entrarían en este segmento. “Si bien incrementaron las cuotas es cierto que sufrieron un fortísimo aumento de sus costos por la devaluación”, razonan los funcionarios.
u Construcción: La continua expansión de este mercado sigue dando espacio para subir sueldos, se destaca.
A una semana de que se termine el canje de la deuda, en el Palacio de Hacienda ya empezaron a enfocarse en la agenda que se viene. El tema salarial será sin duda uno de los que dominará la escena.

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