ECONOMíA
› MENSAJE DE KIRCHNER A RATO EN VISPERAS DEL ENCUENTRO CON LAVAGNA
“Es hora de que aporten a la salida”
El Presidente fue a la Fiesta de la Vendimia y le habló directamente al titular del Fondo. Hubo palos para el G-7.
Néstor Kirchner suele aprovechar sus visitas al interior para disparar críticas contra los entidades de crédito internacional. Como era previsible, en su paso por Mendoza para participar de la Fiesta de la Vendimia y anunciar obras, no rompió esa regla. Este no fue un viaje de tantos, ya que coincidió con el cierre de una semana clave para el Gobierno luego de conocerse los números finales de aceptación de los nuevos bonos del canje de deuda. En medio de las presiones del Fondo Monetario para que la Argentina presente una nueva oferta a los miles de bonistas que quedaron fuera de la operación, Kirchner se encargó de sepultar cualquier expectativas en ese sentido. “Querido presidente del Fondo y ex ministro de Economía español, amigo (Rodrigo) Rato, es hora de que aporten a la salida argentina y que tenga en claro que el canje no se abre más”, dijo. De este modo, el mandatario comenzó a delimitar el terreno en la batalla anunciada que el Gobierno protagonizará con el FMI, que junto con el G-7 no se resignan a dar por cerrada la negociación.
En un discurso que improvisó frente a cientos de empresarios vitivinícolas de la región cuyana, sin levantar la voz y en tono pausado, Kirchner pasó facturas a los organismos y al grupo de los siete países más industrializados por “su falta de apoyo” al proceso de reestructuración de la deuda. “Estuvimos solos en la negociación del canje –dijo–. No hubo aporte de capitales como en otras naciones para salir del default, no hubo préstamos. No hubo apoyo político, y nos dejaron prácticamente en el desierto, después de haber dicho hace dos años que la Argentina era el verdadero modelo del mundo. Tienen que hacer una autocrítica seria y responsable.”
El mandatario se refirió además al frente italiano, el más hostil en la negociación de los bonos en default. Reconoció “la justicia” del reclamo de muchos bonistas particulares por los incumplimientos de pago argentinos, pero al mismo tiempo señaló que los “banqueros italianos –sabiendo la situación argentina y la irresponsabilidad que tuvo el país al lanzar el megacanje– estafaron a sus jubilados, vendiendo 1 a 1 bonos que ya no valían prácticamente nada”. Estas palabras llegaron luego de que el director ejecutivo por Italia del FMI, Pier Carlo Padoan, anticipó su rechazo a un acuerdo entre el organismo de crédito y la administración Kirchner, empresa en la que hoy comenzará a trabajar en Washington el ministro de Economía, Roberto Lavagna (ver aparte).
Kirchner arribó al aeropuerto de El Plumerillo de la capital mendocina bajo un cielo gris que amenazaba desplomarse y una baja sensación térmica que sorprendió a todos los visitantes. Junto a él llegaron el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; los ministros del Interior, Aníbal Fernández; de Planificación, Julio De Vido, y de Salud, Ginés González García. En suelo mendocino esperaba a la comitiva el vicepresidente Daniel Scioli, quien había viajado el día anterior junto a su esposa, Karina Rabolini.
Los visitantes se sumergieron inmediatamente en una camioneta que los trasladó hasta el palco montado en una esquina céntrica, donde participaron del tradicional carrusel de la Vendimia. En este desfile, cada departamento provincial expuso sus productos y presentó a sus candidatas para la elección de la reina nacional de la Vendimia, que se realizó por la noche. El Presidente y su gabinete –al igual que el gobernador local, el radical Julio Cobos, y su par sanjuanino, José Luis Gioja, que también estaban sobre el escenario– presenciaron el paso de las carrozas, recibieron alimentos y artesanías de regalo, y aprovecharon para degustar vinos variados. Especial entusiasmo puso el titular de la cartera de Salud.
Luego de esta celebración, el Presidente se trasladó a la Bodega Leoncio Arizu, ubicada a más de 10 kilómetros de la capital provincial, en la localidad de Luján de Cuyo. Allí, en una carpa montada especialmente, con arañas antiguas colgando del techo y un importante despliegue de lunch, el Presidente anunció obras en la región por más de 1800 millones de pesos. Luego ofreció su discurso en el que reafirmó la posición del Gobierno deno presentar una nueva oferta para los bonos por 19.500 millones de pesos que no ingresaron al canje.
En un breve párrafo de contenido político, el Presidente se refirió además –por primera vez– a las elecciones legislativas de octubre y pidió que “las próximas campañas electorales estén basadas en las ideas, las propuestas y el respeto y no que dos personas que seamos de ideas diferentes tengamos que caminar por veredas diferentes.” Mientras hablaba, el escenario devolvía una foto que bien podría haber ilustrado esas líneas: junto a los ministros y al radical Cobos estaba el vicepresidente Scioli, a un costado Gioja y más a la derecha el gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, especialmente invitado. Debajo del palco, el empresario Francisco de Narváez observaba la extraña postal.
Informe: Alfredo Ves Losada.
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