ECONOMíA
› EL FMI LE DIO UN RESPIRO A DUHALDE: POSTERGO VENCIMIENTO
Guiño de 130 millones de dólares
Después de mostrar la vocación de pago a los organismos internacionales, al cumplir con reservas con el Banco Mundial, el FMI postergó por un año el vencimiento de una cuota de 130 millones. La aprobación de la Ley de Quiebras ablandó un poco al Fondo y a EE.UU.
Eduardo Duhalde y Roberto Lavagna lograron ayer arrancar por primera vez en mucho tiempo una gesto favorable del Fondo. La postergación por un año del vencimiento por 130 millones de dólares que caía la semana próxima debe interpretarse de esa misma forma. Un guiño del FMI al Gobierno, aunque pequeño si se tiene el cuenta el monto total de vencimientos del año. El anuncio fue recibido ayer en Economía casi con el mismo entusiasmo con que los políticos festejan un triunfo electoral. “La postergación del vencimiento es un aval importante para Lavagna”, dijo un vocero del Ministerio de Economía, que incluso emitió un comunicado oficial para informar sobre el tema.
La decisión se destrabó cuando Washington constató que el Presidente había viajado a España con la modificación de la Ley de Quiebras aprobada. Pero ya había sido acordada el martes pasado en una conversación telefónica que mantuvo Lavagna con Anne Krueger, la inflexible número dos del Fondo. En esa charla, el ministro planteó que el pago por 680 millones de dólares que el Gobierno realizó la semana pasada al Banco Mundial, recurriendo a las reservas del Banco Central, fue uno de los motivos de las presiones sobre el dólar en los días siguientes. Y que no tenía sentido “seguir debilitando la posición de reservas del Central”. De hecho, el pago realizado al Banco Mundial la semana pasada quedó en el propio Central anotado en una cuenta llamada “escrow account”, que de firmarse el acuerdo con el Fondo volvería a acreditarse en favor de la autoridad monetaria argentina.
Duhalde recibió de Washington la primera palmadita en la espalda en mucho tiempo. “Parece que (Argentina) está haciendo progresos”, dijo ayer el secretario del Tesoro Paul O’Neill y calificó de “razonable” las modificaciones introducidas por el Congreso a la Ley de Quiebras. Sin embargo, para dejar en claro que todavía resta un largo camino por recorrer, el funcionario alertó sobre la “manera errática” de dichos progresos. Y advirtió que aún esperaba la derogación de la Ley de Subversión Económica que reclaman los banqueros: “aún tienen que encargarse del asunto de la subversión”, aseguró.
Entre el martes y miércoles próximo, Lavagna piensa reunirse con la cúpula del FMI con la intención de encaminar definitivamente un acuerdo de asistencia financiera. Dicha ayuda se limitaría a la refinanciación de los vencimientos de la deuda de este año con los propios organismos multilaterales (FMI, Banco Mundial y BID), que suman unos 9000 millones de dólares. “No hay que esperar plata fresca. De eso hay que olvidarse. A lo que podemos aspirar es al roll over (refinanciación) de la deuda”, reconoció el ministro esta semana.
La aprobación de la nueva Ley de Quiebras “es un paso en la dirección adecuada”, aseguró Thomas Dawson, vocero del organismo. En concreto, Washington quería y consiguió que los acreedores –sean bancos locales o extranjeros– de una empresa puedan cobrarse con sus activos si ésta no resuelve su cesación de pagos.
Completando la cadena de guiños, el secretario del Tesoro Paul O’Neill dijo, en un inusual tono conciliador: “Estamos esperanzados en que el país progrese y que el mundo pueda comenzar a darle asistencia para que su situación se estabilice”. Pero más allá de los gestos, Washington volvió a insistir ayer con las tareas pendientes para la administración Duhalde. Así, no es casual que O’Neill, que hizo declaraciones durante una gira por Africa, recordara que todavía restaba derogar la Ley de Subversión Económica, que tanto inquieta a los bancos extranjeros. Pero además de esa ley, el FMI y la administración Bush tienen en agenda otros dos temas, por los que deberá dar cuenta Lavagna la semana próxima cuando aterrice en Washington:
u Ajuste provincial: el Fondo quiere que el gobierno nacional presione más abiertamente a las provincias para que firmen acuerdos bilaterales para ajustar el gasto público provincial. En particular, la obsesión de Washington es la situación de la provincia de Buenos Aires, a la queidentifican como la responsable de gran parte del déficit fiscal provincial consolidado y de la emisión de bonos. Ayer el representante del FMI en Argentina, el francés Terrier se entrevistó con el ministro del Interior, Jorge Matzkin para insistir sobre el punto.
u Corralito: como lo blanqueó públicamente días atrás Anne Krueger, el Fondo pretende que Duhalde insista con una versión similar al fracasado Plan Bonex de Remes Lenicov. Lavagna trató de explicarle a los técnicos del FMI que esa alternativa era políticamente inviable y tratará de convencerlos cuando se encuentre personalmente con los funcionarios del organismo.
Subnotas