ECONOMíA › ECONOMIA SIGUE NEGOCIANDO CON LOS PRODUCTORES
DE ALIMENTOS Y SUMARA A LOS PROVEEDORES DE INSUMOS
Los precios se disparan y Lavagna los corre con la lupa
Mientras espera testear el efecto ejemplificador del aumento de las retenciones a lácteos, Economía prepara nuevas medidas para carnes rojas que influirán sobre la industria curtidora. También se examinarán las cadenas de comercialización y la provisión de insumos intermedios.
Por Claudio Scaletta
Las próximas medidas para controlar precios se tomarán dentro del rubro carnes. La decisión no afectará la magnitud de las retenciones a las exportaciones sectoriales, inexistentes de hecho, sino al régimen de promoción que actualmente protege a la industria curtidora. Fuentes del Ministerio de Economía confirmaron que el sector avícola sigue bajo análisis y también que se “monitoreará” a los proveedores de insumos intermedios con mercados oligopólicos. El segundo paso, a pedido de los productores, será el control del proceso de formación de precios en la cadena de comercialización, aunque no se prevén medidas en el corto plazo.
Las expectativas de inflación que releva el Banco Central se ubicaron el pasado viernes en el 1,2 por ciento para julio. El número está en línea con los datos reservados que posee el equipo de Roberto Lavagna y que mostraban, también hasta la semana pasada, que en lo que va del mes los precios ya superaron el 0,9 por ciento medido en junio. El aumento por 180 días del 5 al 15 por ciento en las retenciones a las exportaciones lácteas, que en principio sólo se proyectaba como una medida disuasoria, fue decidido por el Gobierno luego de que las firmas SanCor y La Serenísima concretaran los aumentos con que amenazaron en el Foro Nacional de Lechería. Estas subas rondaron el 3 por ciento y, de acuerdo con lo denunciado por asociaciones de defensa del consumidor, siguen vigentes en muchos comercios. Fuentes empresarias consultadas por este diario justificaron la permanencia de las remarcaciones por los aumentos salariales otorgados y los mayores costos de la materia prima y la energía.
En el Ministerio de Economía sostienen que esta semana se monitoreará si las retenciones lácteas generan efectivamente un “efecto disciplinador” sobre los restantes sectores críticos, especialmente pollos y carnes rojas. Aunque en el corto plazo nadie espera nuevas retenciones, este diario pudo saber que habrá novedades en el sector carnes.
A diferencia de lo que sucede con los lácteos, rubro donde se exporta el 30 por ciento de la producción, en especial leche en polvo y quesos, en carnes rojas, si bien es posible que este año las ventas al exterior lleguen a mil millones de dólares, el 85 por ciento de la demanda es consumo interno. Sobre esta base, la industria frigorífica argumenta que el comportamiento alcista de los precios locales no es consecuencia de los mayores precios internacionales sino de la mejora del consumo interno. Miguel Schiariti, presidente de Ciccra, una de las cámaras que agrupan a los frigoríficos, dijo a Página/12 que, en el nuevo acuerdo que discuten con el Gobierno, el punto central no reside en el estricto precio de la carne sino en el que reciben por los cueros, “los que representan el 8 por ciento del valor de una res, frente al 12 o 13 por ciento que representan en otros países”. El pasado viernes, los frigoríficos y todas las entidades del agro, menos Confederaciones Rurales (CRA), le enviaron una carta al presidente Néstor Kirchner, solicitándole la derogación del régimen de promoción de la industria curtidora. En esencia, el régimen establece retenciones del 15 por ciento para las exportaciones de cueros crudos, lo que deprime su valor interno en la misma proporción. A ello se suma la alta concentración del sector, ya que el 80 por ciento de los 900 millones de dólares exportados el año pasado fue concretado por las primeras diez empresas, lo que brinda una presunción sobre su poder de mercado. Según la industria frigorífica, el valor del cuero cumpliría un efecto “colchón” sobre el precio de la carne. Cuanto mayores son los ingresos por cueros, menor sería la necesidad de trasladar aumentos a las carnes. Un funcionario de Economía afirmó a este diario que, si bien el régimen no será derogado, existen muchas irregularidades en su funcionamiento, “como la liquidación de retenciones sobre la base de los precios de Chicago, que no reflejan el mercado local”. También habría indicios de que las curtiembres no estarían cumpliendo con el compromiso asumido ante la Secretaría de Agricultura de mejorar el valor que pagan por la materia prima. Una alternativa en estudio para mejorar estos precios internos de los cueros, de carácter transitorio y un viejo reclamo de los frigoríficos, es la posibilidad de permitir exportar un determinado cupo de cueros sin aplicarles retenciones.
En cuanto a las exportaciones de carnes, vale recordar que de hecho hoy no pagan retenciones. El 5 por ciento del gravamen se compensa con el también 5 por ciento que recibe como reintegro por exportar piezas de menos de 5 kilos, con lo que el costo es sólo financiero (por la demora en el reintegro).
Siempre dentro del rubro alimentos, el tercer sector que desvela al Gobierno es el avícola. La pretensión de mantener el kilo de pollo por debajo de los 4 pesos parece haber quedado en el pasado. Según pudo relevar este diario este fin de semana en dos de las principales cadenas de supermercados, una de capital nacional y otra estadounidense, el kilo de pollo ya oscila entre los 4,20 y los 4,30 pesos. Los productos premium llegan, en las mismas cadenas, a los 5,90 pesos. Algunos datos destacan el fuerte crecimiento del sector. En el 2004, la producción fue de 866 mil toneladas y las exportaciones, de 89 mil toneladas. Este año se proyecta producir cerca de 1 millón de toneladas y exportar 150 mil. Al igual que lo que sucedió en el mercado cárnico con “la vaca loca” en Estados Unidos, la fiebre aviar en Asia fue una buena noticia para los exportadores, tanto en precios como en cantidades. Y de la misma manera que los productores lácteos, los avícolas también culpan por los mayores precios a los supermercados.
Por último, ante las quejas de algunos sectores industriales, una fuente del Ministerio de Economía dijo a Página/12 que se están monitoreando de cerca los sectores proveedores de insumos intermedios, como industrias metálicas básicas, cemento y petroquímica. Un ejecutivo de una de las principales firmas siderúrgicas del país rechazó de plano la existencia de supuestos sobreprecios monopólicos. “Pregúntele a la industria automotriz cuánto paga la chapa en Brasil y cuánto la paga acá. El precio es aquí inferior en al menos el 20 por ciento”, explicó. El empresario agregó que la existencia de pocas firmas no es un problema de competencia sino de escala de la producción y la inversión. La fuente de Economía cree, en cambio, que estos sectores se resisten a renunciar a las fuertes ganancias generadas por el tipo de cambio posdevaluación.