ECONOMíA
› ALPARGATAS REFINANCIO SU DEUDA CON EL BANCO NACION
Renaciendo de sus cenizas
› Por Claudio Zlotnik
La historia de Alpargatas tiene muchos rasgos en común con la historia económica y política reciente de la Argentina. Un grupo económico eminentemente fabril que sucumbió en los años ’90 y que terminó incumpliendo sus deudas con el Estado. Ahora que los vientos económicos cambiaron, la empresa parece revivir. Ayer, acordó un refinanciamiento de sus pasivos con el Banco Nación.
Esta historia no está exenta de curiosidades: uno de los socios de Alpargatas es el Banco Mundial, a través de su brazo financiero, la Corporación Financiera Internacional. El organismo, que se opuso tenazmente a la quita de la deuda que hizo el Gobierno, aplicó una poda del 50 por ciento sobre una parte de lo que le debía al Banco Nación.
Para la entidad que preside Felisa Miceli, el acuerdo le permitirá volver a cobrarle a Alpargatas después de unos siete años. Hace cuatro, Alpargatas entró en concurso de acreedores. El Banco Nación, con 94 millones de pesos, se constituyó en uno de los más importantes. En total, la compañía adeudaba 813 millones de pesos entre 5000 acreedores.
El acuerdo se dividió en dos partes: los 38 millones de pesos de deuda respaldada con garantías se refinanciaron a 15 años a una tasa equivalente a Libor más 4 por ciento. Esos 38 millones se actualizaron con la inflación acumulada desde que se oficializó el concurso, en el año 2002. Una décima parte de esos pasivos –3,8 millones de pesos– fueron pagados ayer al contado.
La otra pata del acuerdo fue por otros 56 millones de pesos de deuda sin garantías, producto de que anteriores administraciones del banco prestaron sin pedir nada a cambio. El Nación se cobrará de una Obligación Negociable (título de deuda) a 15 años de plazo, lo que implica una quita del 50 por ciento.
Alpargatas, que a comienzos de los años ’90 empleaba a 14.000 personas, despidió a 10 mil durante esa década que despreció a los proyectos productivos. Como otros grupos económicos, Alpargatas tuvo una fuerte expansión –llegó a ser accionista del Banco Francés– y quedó raquítica ante la apertura indiscriminada de la economía y la recesión. Como sucedió con otros casos, los dueños originales, en este caso tres familias que se unieron en el Grupo San Remigio, fueron absorbidos por fondos de inversión internacionales. En el medio, el clásico endeudamiento con el Estado-benefactor de los grandes grupos empresarios.