ECONOMíA › EL GOBIERNO APURA UNA MISION DEL FONDO MONETARIO PARA CERRAR UN ACUERDO
Piden que Anoop prepare rápido su valija
Roberto Lavagna le solicitó anoche a Anne Krueger, número dos del FMI, que acelerara el envío de una misión encabezada por Anoop Singh. Incluso Mario Blejer se comunicó con su ex colaborador para que dejara de criticar la nueva versión del corralito. Hasta Colin Powell se comprometió a colaborar. Se fijarán nueva metas monetarias.
El Gobierno redobló ayer la presión sobre el FMI y el gobierno de Estados Unidos para apurar las negociaciones con el organismo y firmar un acuerdo en el transcurso de las próximas cuatro semanas. Ese es el plazo que se autoimpuso Roberto Lavagna. Frente a la sospecha de que Washington podría seguir demorando una definición, el propio ministro de Economía, el canciller Carlos Ruckauf y el presidente del Banco Central, Mario Blejer, se comunicaron con altos funcionarios del Fondo y de la administración Bush para recordarles los avances hechos en las últimas semanas. Lavagna dialogó anoche con la número dos del FMI, Anne Krueger; Blejer llamó a su antiguo subordinado en el organismo, el indio Anoop Singh, y Ruckauf se encontró en una cumbre de la OEA con el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell. La respuesta fue siempre la misma: se valoran los esfuerzos realizados y existe la intención de ayudar, pero sin precisión de plazos.
Uno de los temas que marcará la agenda económica y política de este mes es la negociación con el FMI. La primera señal que necesita el Gobierno es el envío de una misión, encabezada por Singh. Blejer se lo explicó el fin de semana, en charla telefónica. El presidente del Banco Central hubiera preferido una solución al corralito distinta a la que se adoptó, pero le aclaró al economista indio que considera un error que el FMI postergue el reinicio de las negociaciones. El último viernes, Singh cuestionó en una reunión con el directorio del Fondo el esquema de salida del corralito y sugirió esperar los 30 días hábiles que tienen los ahorristas para optar por los bonos para tomar cualquier decisión. Blejer intentó convencerlo de lo contrario, aprovechando su relación personal con quien es el auditor de la Argentina y años atrás era su segundo en el FMI.
De todos modos, desde el Gobierno dicen estar convencidos de que el Fondo enviará la misión. Lavagna se lo pidió anoche a Krueger, después de mencionarle que el Gobierno consiguió la modificación de la Ley de Quiebras, la derogación de la Ley de Subversión Económica y que la mayoría de las provincias firmaron el Pacto Fiscal. Y entre ellas Buenos Aires, que presentaba la situación más complicada. Todavía resta Santa Fe, pero no sería un obstáculo. El ministro también detalló su plan para terminar con el corralito y reestructurar el sistema financiero. Lavagna dijo que el Gobierno cumplió su parte y que ahora espera que el Fondo haga la suya, retomando la negociación.
Página/12 se comunicó con operadores financieros de Wall Street especializados en Argentina, quienes coincidieron en que el Fondo enviará la misión. Esa es la información que obtuvieron de Washington. “La misión irá porque se cumplieron los prerrequisitos que se habían fijado. Pero la negociación será difícil”, mencionaron. Cerca de Blejer compartieron esa opinión. Singh vendría preparado para una larga discusión sobre el nivel de reservas, el programa monetario y la restructuración del sistema financiero.
En su momento, México y Brasil tuvieron que cumplir metas de reservas para poder cerrar acuerdos con el FMI. En ese flanco el Gobierno tiene un problema. Desde la devaluación se perdieron cerca de 5000 millones de dólares de reservas, intentando mantener la paridad, con los resultados a la vista. Lavagna tendrá que convencer a Singh de que su esquema de resolución del corralito será efectivo para evitar que sigan saliendo pesos del sistema financiero, y que por tanto el drenaje de reservas se aplacará. La otra pata de la estrategia del ministro de Economía es presionar a los exportadores para que liquiden divisas, evitando tener que gastar reservas para satisfacer la demanda de dólares. En cuanto al programa monetario, el ministro dirá que el exceso de emisión respecto a lo previsto a principios de año se debió a las grietas del corralito. El objetivo de Remes Lenicov era limitar la emisión a 3500 millones de pesos, pero la necesidad de otorgar redescuentos a los bancos elevó la impresión de billetes a cerca de 6000 millones. La tercera gestión oficial que se hizo ayer para conseguir el compromiso de Washington de un pronto viaje de Singh a Buenos Aires corrió por cuenta de Ruckauf. El canciller aprovechó su encuentro con Colin Powell en una reunión de la OEA en Barbados para hacer el pedido. El alto funcionario del gobierno de Bush respondió que Estados Unidos “saludó las leyes aprobadas en el Congreso” y que por tanto “apoyará a la Argentina mientras negocia con el FMI”. Ese es el premio por la derogación de la Ley de Subversión Económica.