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Dirigentes del Frente Agropecuario Nacional (Fan), de la Asociación de Pequeña y Mediana Empresa (Apyme), del Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos (Cadiea) y de Proconsumer (Consumidores del Mercosur), manifestaron ayer por las calles céntricas de Buenos Aires en reclamo de un precio fijo y controlado del combustible, que las refinadoras encarecen semana a semana con su política de ajustes sucesivos. La protesta se hizo también bajo la consigna de revisar todas las privatizaciones y desterrar la dirigencia política corrupta.
La manifestación partió en Belgrano y la 9 de Julio hasta la Casa Rosada, donde los dirigentes de aquellas agrupaciones dejaron el mismo petitorio que en el Congreso. Las demandas son generales y amplias, pero el punto central está referido a la necesidad de que se garantice el abastecimiento de combustible y a un precio menor al actual, “que se corresponda con los costos de producción”.
Según la nota dirigida a Eduardo Duhalde y al Parlamento, es necesario realizar “un seguimiento de la operatoria de los oligopolios del petróleo y los combustibles y sus mecanismos de fijación de precios”. Horacio Delgui, titular del Fan, ayer embistió duro en sus declaraciones contra las refinadoras. “Debe ponerse coto a la impunidad con que estas corporaciones abusan sin control alguno de sus posiciones dominantes”, reclamó. El dirigente objetó la presunta prescindencia del Estado, que “brilla por su ausencia”, algo que sería impensable en los países donde “las mismas corporaciones transfieren a sus matrices ganancias escandalosas”.
Hasta el momento, el gobierno de Duhalde no ha podido garantizar la provisión de gasoil en todo el país y a un precio de 75 centavos por litro, tal como se habían comprometido las refinadoras en un acuerdo suscripto a fines de abril pasado. Según las empresas, la devaluación encareció mucho la importación de ese combustible –que es necesaria cada vez que se levanta la cosecha– lo que les impide asegurar la provisión necesaria y al precio diferencial que aspira la Secretaría de Transporte.
Para controlar la situación, la administración duhaldista liberó de impuestos la importación de gasoil, al tiempo que fijó controles sobre la exportación de combustible, con el propósito de que no se venda afuera lo que es necesario para satisfacer la demanda interna. Pero hasta el momento, esas medidas tensaron más la relación con las petroleras pero no consiguieron solucionar el problema de falta de carburante en algunas zonas del país ni pudieron bloquear los aumentos constantes.