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Una Catherine Fulop desencajada, visiblemente nerviosa, la contracara del avasallante perfil de las habituales notas en las revistas del corazón, confirmó ayer que la policía detuvo a una pareja que estaba planificando el secuestro de la hija mayor de su matrimonio con Osvaldo Sabatini. Los movimientos de la familia y de la nena, Oriana, de 8 años, fueron seguidos durante 12 días por Eduardo del Valle, de 33, y Sabrina Castañares, de 21, ambos con antecedentes delictivos. La mujer, incluso, se había presentado en el colegio Saint Marie de San Isidro, al que concurre Oriana Sabatini, para hacer preguntas sobre el dispositivo de seguridad interno y externo, con la excusa de la supuesta inscripción en ese instituto privado de un presunto hijo de la pareja detenida. Como el secuestro nunca se concretó, el hombre y la mujer fueron a prisión porque se comprobó que era robado uno de los dos autos en los que se movilizaban y porque tenían armas de guerra en la casa donde fueron encontrados.
Amable a pesar del mal momento, pero visiblemente preocupada, Fulop dijo ante la insistencia de la prensa que prefería “no hablar” del tema y comentó que Oriana “está bien”, aunque dejó de ir unos días al colegio porque tiene un problema gripal. El comisario Aníbal Degastaldi, jefe de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro, informó a Página/12 que la investigación comenzó hace 12 días “por una denuncia” que les llegó a través de informantes policiales. “Una vez que comprobamos que la información tenía fundamento, pusimos sobre aviso a la familia Fulop-Sabatini y finalmente pudimos detener a la pareja porque habían robado un auto en José León Suárez.”
Luego de conocer la existencia del plan de secuestro, la policía comenzó una tarea de inteligencia que permitió determinar que “había una pareja que se movilizaba en un Gol que estaba siguiendo los pasos de la familia”. El vehículo fue visto reiteradas veces en el cruce de Panamericana y Uruguay, frente al colegio donde concurre la hija de Fulop y Sabatini, hermano de la tenista Gabriela Sabatini. “Siempre se los veía a la hora de entrada y de salida, controlando los movimientos, como calculando el momento de dar el golpe”, precisó Degastaldi.
Además, se realizó un seguimiento “mediante filmaciones” en los alrededores de la casa del matrimonio Sabatini. “Tenemos imágenes del coche y de los ocupantes como prueba de que algo estaban tramando”, comentó el titular de la DDI de San Isidro. De todos modos, las sospechas “no podían ser usadas para detenerlos, de manera que se trabajó en la prevención de un delito en marcha y se los detuvo cuando se comprobó en la mañana de ayer (por el lunes), que habían robado un auto”. La sustracción del vehículo, un Renault 21, fue realizada en José León Suárez y el propietario del rodado, un remisero, fue golpeado por un hombre “cuya descripción coincide con la del detenido” Del Valle.
Degastaldi dijo que “por el trabajo de inteligencia realizado por la pareja” está claro que “no planificaban un secuestro tipo express sino que tenían todo previsto para un rapto más prolongado”. Seguida por personal policial, la pareja se dirigió a una casa ubicada en Virrey Vértiz 1560 de Villa Adelina. Al ser detenidos, en el lugar se encontraron tres armas de grueso calibre: una escopeta Browning 2000, un Magnum 3.57 y una pistola 6.35. Antes de la detención, Sabrina Castañares había hecho una visita al colegio Saint Marie. “Dijo que quería inscribir a un hijo suyo, aunque después se comprobó que la pareja no tiene hijos”, explicó Degastaldi. “Lo que llamó la atención es que hizo preguntas sobre la seguridad, lo que está indicando que querían saber cómo moverse a la hora de actuar.”
El jefe policial dijo que se sospecha que la pareja tuvo intervención en otros hechos delictivos. Se habla de la supuesta participación en el secuestro de la actriz Viviana Saccone, pero Degastaldi eludió confirmar ese dato. Algo más tranquilo que su esposa, Osvaldo Sabatini confirmó que “con Oriana no pasó absolutamente nada, pero había gente merodeando por elcolegio, donde también van hijos de personas muy conocidas”. Admitió que la policía les había advertido sobre el posible intento de secuestro y consideró que hubo “un laburo muy piola de prevención, ya que los tenía controlados desde hacía varios días”. Reconoció que a pesar de las medidas de seguridad “la pasamos mal porque tranquilo no podés estar nunca. ¿Quién puede estar tranquilo con las cosas que están pasando en el país?”.
Degastaldi sostuvo que el caso, aunque nunca se concretó el secuestro, “tuvo trascendencia pública por alguna filtración de prensa, teniendo en cuenta que se trata de padres famosos”. Aseguró que “no fue la policía la que lo dio a conocer, pero en este caso la difusión es menos peligrosa que cuando tenemos un secuestro ya consumado y estamos trabajando para preservar la vida del afectado”. Aprovechó el buen resultado del operativo para insistir en una vieja advertencia muy cuestionada en su momento: “En la Argentina hay casos cuya modalidad se parece a la de México o Colombia”.
Reconoció que en la zona norte del conurbano, bajo su jurisdicción, hubo este año varios secuestros extorsivos. “Tuvimos dos casos grandes como el de Cristian Riquelme y el empresario (Claudio) Stefanich y cuatro express, pero lo importante es que todos fueron esclarecidos.” Aclaró que otros “10 o 15 casos de robo con retención de la víctima para llevarlo a un cajero automático no pueden ser considerados como si fueran secuestros extorsivos”.