Como suele ocurrir en las negociaciones salariales, los administradores de edificios presionan con una suba de las expensas frente al reclamo de aumentos del gremio de porteros. El titular del Sindicato de Trabajadores de Edificios, Víctor Santa María, indicó que en promedio los sueldos de los trabajadores rondan los 1400 pesos y piden un alza del 16 por ciento. Eso tendría un impacto de 8 puntos en las expensas, que “distribuidos en un promedio de 20 unidades da unos 13 pesos por departamento”, calculó. Los consorcistas justifican el aumento de expensas con la mejora de salarios, pero los ajustes que les aplican a los propietarios terminan siendo mayores que el porcentaje conseguido por el gremio.

Desde la devaluación, el rubro Reparaciones y gastos comunes de la vivienda, que refleja las variaciones en el valor de las expensas, aumentó 137,2 por ciento, según el Indec, 43 puntos porcentuales más que la inflación minorista promedio registrada en el mismo período. Sólo el año pasado se incrementaron 16,1 por ciento, un 65 por ciento más que el IPC. Los administradores afirman que la suba se debe fundamentalmente a la recomposición salarial, pero suele ser mayor.

Santa María aseguró que el 8 por ciento es lo máximo que podrían llegar a aumentar las expensas si obtienen un incremento salarial de 16 por ciento, tal como vienen exigiendo. Sin embargo, en los años anteriores la suba de expensas que debieron pagar propietarios e inquilinos terminó siendo mayor a lo que se especulaba inicialmente. En abril del año pasado, el Suterh consiguió una mejora salarial de 18,5 por ciento en dos cuotas escalonadas. Entonces, ambas partes estimaron que esa suba provocaría un aumento de entre 3 y 5 por ciento en el valor de las expensas. Sin embargo, el Indec registró una suba de 6,9 por ciento en el mes siguiente al acuerdo.

“Los encargados tienen hoy una buena remuneración, que muchas veces supera lo que ganan quienes viven en el edificio. Por eso pretendemos que el aumento sea razonable y que se aplique en forma gradual”, aseguró el presidente de la Cámara Argentina de la Propiedad Horizontal, Horacio Bielli. Por su parte, el presidente de la Liga de Consorcistas, Osvaldo Lois, sostuvo que “todos los años se negocia, pero son negociaciones a puertas cerradas, y de pronto un año le dan un aumento de 20 por ciento, otro año de 18, y eso produce zozobra en la población. Por eso hay que buscar un mecanismo que evite la zozobra sin afectar los derechos de los trabajadores”.

En abril de 2005, Lois entregó a la Cámara de Diputados un proyecto de ley de su autoría para proteger la integridad económica de los consorcios y poner límites a la negociación salarial, pero la iniciativa no fue tratada. Allí se establecía que “todo aumento de las remuneraciones y beneficios del personal dispuesto por convenciones colectivas de trabajo no podrá exceder el porcentaje promedio del gasto que el consorcio destinó a salarios, aportes, contribuciones y seguros durante los seis meses anteriores a la fecha de entrada en vigor del aumento en cuestión”.

El presidente de la Federación de Asociaciones de Consorcios, Samuel Knopoff, coincidió con Lois. “Los administradores respetan los derechos de los trabajadores, pero hay que buscar otros mecanismos, porque los consorcistas también somos trabajadores, y hay muchos jubilados que no pueden pagar”, aseguró sin dar mayores precisiones.

Los consorcistas también se quejan porque en la paritaria quienes se sientan a negociar con Suterh son tres agrupaciones de administradores de consorcios que tienen personería jurídica, las cuales no tienen que afrontar el aumento acordado. “Quienes dicen representar a los consorcios carecen de representatividad”, suelen repetir los consorcistas cada vez que tienen oportunidad.