La actividad económica creció 8,3 por ciento en junio, y acumula durante el primer semestre del año una suba del 8,4 por ciento, una tasa que superó las proyecciones más optimistas. Pese a las restricciones energéticas que ya empezaban a evidenciarse, las exportaciones, el sector agrícola y el comercio continuaron motorizando la economía durante junio. Sin embargo, la mayoría de los analistas coincide en que, ante el nuevo escenario financiero internacional, difícilmente puedan sostenerse estos niveles de crecimiento durante el año próximo.

Con los últimos datos difundidos por el Indec, el nivel de actividad económica se ubicó en julio un 53 por ciento por encima del piso de marzo de 2002, en el peor momento de la crisis posdevaluación. Pero además, la economía se encuentra un 20 por ciento por arriba del anterior máximo histórico de actividad, a mediados de 1998, justo antes de que se iniciara la recesión que desembocó en la caída de la convertibilidad. Así, la economía suma ya 54 meses de crecimiento interanual ininterrumpido.

El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) que elabora el Indec mensualmente es una variable aproximada del producto interno bruto, que sólo se calcula de manera trimestral. En junio, el EMAE se incrementó 0,7 por ciento respecto de mayo, acumulando el mencionado 8,4 por ciento durante los primeros seis meses del año.

Como es ya habitual, antes de que el Indec publicara oficialmente el índice, el presidente Néstor Kirchner se encargó de adelantar que “a pesar de las supuestas crisis, la economía ha crecido el 8,3 por ciento y sigue creciendo fuertemente, al igual que el consumo”.

“Fíjense ustedes, a pesar de las supuestas crisis y problemas que van generando la tensión del crecimiento, que provoca que cada vez necesitemos más energía, la economía en junio siguió creciendo”, insistió el Presidente ante un grupo de empresarios durante una visita a ExpoSepyme 2007.

En realidad, las restricciones energéticas impactaron fundamentalmente sobre el sector industrial, que en junio registró una suba interanual de sólo 5 por ciento y una merma de 0,1 por ciento respecto de mayo.

Pero esa desaceleración en el sector manufacturero se vio ampliamente compensada por la sostenida expansión de otros sectores, como el campo, los transportes y el sistema bancario. Por ejemplo, en junio, el transporte de carga se incrementó un 8,4 por ciento, en relación con igual mes del año pasado.

Del lado de la demanda, en tanto, en junio, tanto el consumo como las exportaciones continuaron motorizando la economía. Por caso, las ventas en supermercados crecieron durante el primer semestre un 13,3 por ciento. Mientras que las exportaciones se incrementaron en el mismo período un 12 por ciento, en buena medida arrastradas por precios de las commodities en niveles record. Pero de acuerdo con los números de la consultora de Orlando Ferreres, la inversión también marcó una fuerte expansión durante el primer semestre. En el bimestre mayo-junio “la inversión mostró un alza del 23,6 por ciento respecto del mismo período del año anterior, impulsada tanto por la construcción como por la importación de bienes de capital”, explica el último informe de la consultora.

Para la segunda mitad del año, la mayoría de los analistas espera una desaceleración de la actividad económica, en especial si la crisis financiera internacional termina por confirmar un freno en la economía norteamericana. Sin embargo, aun ante ese escenario, el crecimiento del PIB durante el 2007 no bajaría del 7,5 por ciento. Menos auspicioso son los pronósticos para el 2008: ya hay quienes especulan con una tasa de crecimiento inferior al 5 por ciento.