“Dilatado, tendido, sin altos ni bajos / este es el suelo mío / este es mi campo.” El gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, eligió estos versos del poeta comunista José Pedroni como acápite del documento que envió a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, con su “propuesta para una política de desarrollo agropecuario”. Allí, el gobernador socialista le reclamó “la coparticipación de impuestos” para las provincias y le aportó diez medidas para resolver la crisis del agro. “La aplicación de reglas de libre mercado puede garantizar una mayor rentabilidad, pero a costa de una redistribución regresiva del ingreso”, advirtió el mandatario, quien cifró varias críticas entre sus recomendaciones.

Anteayer al mediodía, Binner terminó de revisar el texto y le escribió una carta de puño y letra a la Presidenta, donde le resumió las líneas generales del documento que le enviaba “con el respeto que su investidura merece”. “La historia nos enseña que la definición de una política agropecuaria no sólo importa para el mundo rural. Lo que está en debate es el presente y el futuro de la sociedad argentina”, estimó Binner, quien reclamó un Plan Nacional Agropecuario.

La carta, sin embargo, demoró hasta ayer para llegar porque que quedó atorada en el piquete del humo. Para dinamizar los tiempos, sus colaboradores enviaron el documento y la carta por fax a la secretaría privada de la Presidencia y ayer le entregaron el original con un funcionario que consiguió viajar a Buenos Aires. Entre las diez medidas que le recomendó Binner a la Presidenta, se destacan:

- Coparticipación. Pidió “reemplazar paulatinamente las retenciones por los impuestos coparticipables a las provincias, municipios y comunas”. Tras resaltar que la colonización de la tierra en Santa Fe en el siglo XIX posibilitó “la construcción de una de las sociedades más justas e inclusivas de América latina”, detalló los problemas de recursos de esa provincia: “Santa Fe, una provincia indudablemente rica, hoy no tiene recursos para llevar agua potable al centro oeste, cuyos moradores beben agua con arsénico. El 60 por ciento de los santafesinos no tienen cloacas y casi el 100 por ciento no tratan sus efluentes. Santa Fe no tiene vías de comunicación seguras que permitan bajar drásticamente los índices de accidentes”, enumeró el gobernador, en pro de una mayor coparticipación.

- Retenciones. Advirtió que las políticas de Estado deben ser “concertadas con el sector privado” para llegar a un “mecanismo regulado que resguarde el consumo interno”. “Los productos agropecuarios deben encontrar su equilibrio mediante retenciones diferenciales, con reglas previsibles”, enfatizó, y propuso que las retenciones se revisen cada seis meses. También planteó que se debe trabajar sobre los costos de los insumos agropecuarios con “mecanismos que impidan su aumento desproporcionado”.

- Acuerdos de precios. Consideró que la forma actual con la que el Gobierno intenta contener la suba de lácteos y carnes “distorsiona los precios de intercambio entre los eslabones de la cadena de valor”. Recomendó integrar la comercialización y la distribución a la problemática. También pidió “un cronograma coherente de apertura de las exportaciones de carne, lácteos y del manejo de los registros de exportación de granos”.

- Diálogo cívico. Abogó por una democracia “que promueva el consenso y el diálogo cívico, en cuyo marco se pueden procesar los conflictos”. Consideró que ese diálogo debe darse en el Consejo Federal Agropecuario. Remarcó que debería ser un organismo vinculante y debería ampliar su composición con “organizaciones civiles, sectoriales e instituciones científicas”. También recomendó medidas para los pequeños productores, como créditos, refinanciación de deudas y suspensión de remates.